Paciente con disfagia - COLEGIO DE NUTRICIONISTAS
VALÈNCIA 10 Dic. (EUROPA PRESS) -
La intervención nutricional especializada podría evitar hasta un 70% de los casos de desnutrición asociados a la disfagia, una patología que dificulta o imposibilita tragar los alimentos de forma segura y eficaz, especialmente en personas mayores y en pacientes con enfermedades neurológicas como ictus, párkinson, demencias o parálisis cerebral.
Así, lo ha señalado el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana (CODiNuCoVa) con motivo del Día Mundial de la Disfagia y recuerda la importancia de un diagnóstico temprano y, sobre todo, de un abordaje nutricional adecuado para mejorar la calidad de vida y la seguridad de quienes la padecen.
Al respecto, David Expósito, vocal de Universidad del CODiNuCoVa y experto investigador en esta patología, señala que "muchas personas dejan de poder tragar correctamente y este problema, si no se identifica y se trata, puede derivar en complicaciones graves como la desnutrición, la deshidratación o neumonía por aspiración, que es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad en estos pacientes".
No obstante, la evidencia disponible muestra que una intervención dietético-nutricional ajustada a la capacidad de deglución del paciente reduce infecciones respiratorias, mejora la masa muscular y disminuye los ingresos hospitalarios derivados de complicaciones como neumonías, además de contribuir a preservar la autonomía y el bienestar emocional de quienes la padecen.
"Cuando la alimentación está bien adaptada, la persona come con menos miedo de atragantarse, se siente más segura y recupera el placer de comer. Esto repercute directamente en su calidad de vida", señala Expósito, que ha recordado que el dietista-nutricionista tiene un papel "central".
En ese sentido, señala que su labor como profesionales de la alimentación consiste en modificar texturas, viscosidades y técnicas culinarias para que los alimentos sean "seguros, nutritivos y también agradables" porque una dieta adecuada debe ser "segura, suficiente y apetecible".
ENFERMEDAD INFRADIAGNOSTICADA
Sin embargo y pese a su gravedad, la disfagia continúa infradiagnosticada: hasta un 70% de los adultos con discapacidad que presentan síntomas compatibles no tienen diagnóstico. En personas mayores de 70 años, su prevalencia oscila entre el 30% y el 90%, según diversos estudios.
Por ello, desde el Colegio Oficial de Dietistas-Nutricionistas de la Comunitat Valenciana piden a las administraciones públicas un mayor cribado, que permita a los pacientes que detectan síntomas como el ahogo al comer, la sensación de que la comida se atraganta, cambios de voz tras la ingesta o el dolor al tragar, que permita diagnosticar esta problemática y ponerle remedio.
"Con un diagnostico precoz, las familias y cuidadores de estos pacientes pueden acudir a los profesionales oportunos para ayudarles en la alimentación, rehabilitación o tratamiento de esta patología", ha explicado David Expósito.
En los casos en los que no existe un diagnóstico, por desconocimiento, las familias suelen acudir a soluciones poco adecuadas como triturar todos los alimentos sin necesidad o utilizar texturas que no son seguras para cada paciente. "El triturado completo puede ser útil en algunos casos, pero en otros provoca rechazo y pérdida de apetito. Existen técnicas mucho más avanzadas que permiten mantener el sabor, el color y la identidad del plato, incluso mediante texturización o impresión 3D, siempre de la mano de un dietista-nutricionista colegiado especializado en este tipo de patologías", explica Expósito.
El tratamiento de la disfagia es interdisciplinar e involucra a dietistas-nutricionistas, logopedas, personal médico, enfermería, rehabilitadores, fisioterapeutas y terapeutas. En este sentido, Expósito destaca que "en esta patología es muy importante la coordinación entre todos ellos y los cuidadores. Cada uno aporta una parte del tratamiento y solo cuando se trabaja de forma conjunta se consigue reducir riesgos, mejorar la funcionalidad y favorecer que el paciente recupere una vida más segura y digna".
Por ello, el Colegio anima a las familias, cuidadores y profesionales sociosanitarios a contar con dietistas-nutricionistas colegiados para el manejo de la disfagia, y recuerda que adaptar la alimentación no acaba con la causa de la enfermedad, pero sí evita consecuencias graves y mejora de forma muy significativa el día a día del paciente