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MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Agencia Norteamericana del Medicamento y Alimentación (FDA, por sus siglas en inglés) ha dado un paso más en su objetivo de prevenir los problemas cardiovasculares, al anunciar su intención de reducir aún más la ingesta de grasas por parte de la población, mediante la eliminación paulatina de las grasas trans artificiales de los alimentos procesados.
Concretamente, la pasada semana el organismo de protección y promoción de la salud americano anunció su decisión provisional de acabar con el uso de aceites parcialmente hidrogenados (PHOs), principal fuente artificial de grasas trans en alimentos procesados.
Al respecto, y basándose en la evidencia científica disponible y las conclusiones de grupos de expertos científicos consultados, señala que los PHOs no serán "generalmente reconocidos como seguros" para su uso en la alimentación.
Por lo tanto, ha abierto un plazo de 60 días para reunir datos adicionales y para obtener opiniones sobre el tiempo que pueden necesitar los fabricantes de alimentos para reformular los productos que actualmente lo contienen.
"Mientras que el consumo de las grasas trans potencialmente dañinas ha disminuido en las últimas dos décadas en los Estados Unidos, su consumo sigue siendo un importante problema de salud pública", ha explicado la doctora de la FDA, Margaret A. Hamburg.
Desde la FDA se recuerda que una mayor reducción en la cantidad de trans grasas en la dieta estadounidense podría prevenir un adicional de 20.000 ataques al corazón y 7.000 muertes a causa de enfermedades del corazón cada año, con lo que esta pedida puede suponer "un paso crítico en la protección de la salud de los estadounidenses".
En los últimos años, muchos fabricantes han reducido voluntariamente los niveles de grasa trans en muchos alimentos y productos. No obstante, aún se puede encontrar un alto contenido de estas grasas en postres, palomitas de maíz de microondas, pizzas congeladas, margarinas, etc.
Gracias a estos esfuerzos, junto con la educación pública, el consumo de trans grasas en las dietas estadounidenses se ha reducido significativamente. De hecho, desde que comenzó a aparecer este dato en la etiqueta de información nutricional en 2006, su consumo se ha reducido de 4,6 gramos por día en 2003 a cerca de 1 gramo por día en 2012.
"Una de las funciones de la FDA es garantizar que los alimentos, incluyendo todas las sustancias que añaden a estos, son seguros", ha adviertido Michael Taylor, comisionado adjunto de la FDA para alimentación.
De este modo, una vez acaba la revisión de las observaciones presentadas, si la FDA se reafirma en su decisión preliminar, los PHOs seran considerada aditivos alimentarios y no se podrán utilizar en alimentos si no existe una reglamentación que así lo autorice.
Esta determinación preliminar de la FDA solo afecta a los PHOs y no a las grasas trans que se dan en pequeña cantidad en algunos tipos de carne y productos lácteos.