MADRID, 2 Jul. (EUROPA PRESS) -
La disfagia orofaríngea y la desnutrición son altamente prevalentes en pacientes hospitalizados por COVID-19 y afectan a su evolución clínica durante la hospitalización y durante los seis meses posteriores a recibir el alta, según un estudio realizado en más de 200 pacientes con COVID-19 hospitalizados durante la primera ola de la pandemia y llevado a cabo por Nutricia, la marca de nutrición clínica del grupo Danone, junto con el Hospital de Mataró, Consorci Sanitari del Maresme.
Así, los pacientes requirieron de hasta seis meses para recuperar su peso habitual y la disfagia orofaríngea persistió en hasta el 23 por ciento de pacientes a los seis meses de seguimiento. Dado el alto impacto que la desnutrición y la disfagia tienen sobre estos pacientes, los especialistas sugieren que ambos sean considerados síndromes post-COVID-19.
La disfagia orofaríngea es un trastorno reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que se caracteriza por conllevar dificultades para trasladar de manera segura y eficaz el bolo alimenticio desde la boca hasta el esófago. Es conocido que la desnutrición, la pérdida importante de masa muscular y peso, la sarcopenia, la deshidratación y las sobreinfecciones respiratorias bacterianas son complicaciones específicas de la disfagia.
La investigación, dirigida por el doctor Pere Clavé y publicada en la revista 'Clinical Nutrition', ha consistido en la evaluación clínica de la disfagia orofaríngea, el cribado y la evaluación nutricional en pacientes con COVID-19 hospitalizados en el Hospital de Mataró, Consorci Sanitari del Maresme (Cataluña). Las características clínicas y los resultados de los pacientes se evaluaron en el momento de la pre-admisión, ingreso y alta, y después de tres y seis meses de seguimiento. Los investigadores del Centro de Investigación Biomédica en Red de Enfermedades del Aparato Digestivo que han realizado el estudio recomiendan una estrategia de cribado sistemático de la disfagia y desnutrición en el momento del ingreso hospitalario de cualquier paciente COVID-19.
"La prevalencia de disfagia y desnutrición en pacientes hospitalizados en plantas COVID-19 en el Hospital de Mataró durante la primera ola de la pandemia fue muy alta. Nuestros resultados sugieren que la optimización del manejo de la desnutrición podría acortar el período de hospitalización, y que optimizar el manejo de la disfagia mejoraría el estado nutricional de los pacientes con COVID-19, y también mejoraría sus resultados clínicos y su supervivencia después del alta hospitalaria", explica el director de Investigación del Hospital de Mataró, Consorci Sanitari del Maresme (Barcelona), el doctor Pere Clavé, también presidente fundador de la Sociedad Europea de Trastornos de Deglución.
"En este sentido, recomendamos una estrategia de cribado sistemático de la disfagia y desnutrición en el momento del ingreso hospitalario de cualquier paciente COVID-19. El manejo simultáneo de las dos afecciones debe ser proactivo, agresivo y precoz, desde la llegada del paciente a la sala de urgencias", añade el experto.
En el momento de la admisión, la prevalencia de disfagia en los pacientes fue del 51,7 por ciento (44,1% deterioro de la seguridad de la deglución); y el 45,5 por ciento desarrolló desnutrición con una pérdida de peso media de 10,1 kilogramos durante la hospitalización. Asimismo, la disfagia se asoció de forma independiente a comorbilidades, a los síntomas neurológicos, y a la baja funcionalidad. A los seis meses de seguimiento, la prevalencia de disfagia orofaríngea seguía siendo del 23,3 por ciento y la desnutrición el 7,1 por ciento.
Los pacientes con disfagia orofaríngea dados de alta mostraron una reducción en la supervivencia a los seis meses en comparación a los que no tuvieron (71,6% contra 92,9%). Por su parte, los pacientes que presentaron desnutrición al alta no mostraron diferencias de la supervivencia de 6 meses (85,4% contra 83,8%).
En este estudio, la disfagia orofaríngea fue un factor de riesgo independiente para desarrollar desnutrición, y se asoció con una mayor pérdida de peso desde el pre-ingreso hasta el ingreso, la institucionalización después del alta y una mayor mortalidad durante el seguimiento. Además, la investigación revela un alto porcentaje de coinfección bacteriana y neumonía por aspiración entre los pacientes COVID-19 (16,3%), apoyando aún más la relevancia de la disfagia en las coinfecciones respiratorias bacterianas en COVID-19.
RELACIÓN ENTRE COVID-19 Y DISFAGIA
El SARS-CoV-2 causa disfunción sensorial orofaríngea, probablemente relacionada con la neuropatía sensorial y glosofaríngea, un factor fisiopatológico importante para la disfagia. Además, las necesidades de ventilación no invasiva, el accidente cerebrovascular o la encefalitis asociada pueden afectar a diferentes partes de la red neuronal de deglución, lo que hace que los pacientes con COVID-19 sean más propensos a padecer disfagia orofaríngea.
El grupo de investigación ha descrito previamente que las alteraciones sensoriales faríngeas son factores clave en esta patología en pacientes con accidente cerebrovascular y personas mayores, y han propuesto un mecanismo similar en pacientes COVID-19. En este estudio, la disfagia orofaríngea se asoció de forma independiente a la presencia de comorbilidades, síntomas neurológicos, y a una capacidad funcional baja.