MADRID, 5 Feb. (EUROPA PRESS) -
Un equipo liderado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Cientificas (CSIC) ha diseñado una dieta alta en colesterol y grasas saturadas que, probada en cerdos, ha conseguido reducir un 18 por ciento el colesterol total en sangre y hasta un 28 por ciento las concentraciones del LDL, también llamado colesterol 'malo'.
En concreto, según detallan en la revista 'British Journal of Nutrition', la dieta fue seguida durante tres semanas y se basó en el empleo combinado de un prebiotico, la beta ciclodextrina, y un probiotico, la bacteria 'Lactobacillus acidophilus', que consiguieron reducir en sangre la absorción del colesterol que lleva a cabo el sistema digestivo.
La clave está en la beta ciclodextrina, que "actúa como una trampa en el interior del intestino, inhibiendo la absorción del colesterol de la dieta", ha apuntado Leocadio Alonso, investigador del CSIC en el Instituto de Productos Lácteos de Asturias y principal autor del estudio.
El hallazgo podría tener aplicaciones en el diseño de productos lácteos funcionales mediante la incorporación de un probiótico y un prebiótico capaces de secuestrar y asimilar el colesterol, e "implicarían una mejora cardiovascular y un menor riesgo de padecer enfermedades coronarias", ha señalado este experto.
La combinación de ambos compuestos supone una innovación en el desarrollo de complementos nutricionales y actúa como un agente hipocolesterolemico en cerdos. Y su combinación en una leche estéril en la bebida previene la elevación de colesterol LDL y la disminución del colesterol total en cerdos.
Los experimentos fueron realizados en cerdos de la raza Yorkshire de unas ocho semanas de vida y unos 10 kilos de peso. Todos fueron alimentados con una dieta alta en colesterol y grasas saturadas basada en semillas de maíz y soja.
El tratamiento experimental se basó en la ingesta de beta-ciclodextrina y 'L. acidophilus' dos veces al día, con controles cada semana para analizar el colesterol total, el colesterol LDL y el HDL o bueno.
En el estudio también han participado investigadores del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CSIC-Universidad Autónoma de Madrid) y de la Universidad de Oklahoma (Estados Unidos).