La dieta mediterránea baja en calorías reduce los factores de riesgo cardiovascular

Dieta mediterránea
Dieta mediterránea - PIXABAY - Archivo
Publicado: jueves, 7 noviembre 2019 14:36


MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -

Una mejor adhesión a la dieta mediterránea hipocalórica (baja en calorías) reduce la presencia de factores de riesgo cardiovascular, según ha concluido un estudio publicado en la Revista Española de Cardiología, editada por la Sociedad Española de Cardiología (SEC).

El estudio incluyó a 6.874 pacientes de 23 centros españoles entre octubre de 2013 y diciembre de 2016. Los participantes fueron hombres de 55 a 75 años y mujeres de 60 a 75 años sin ninguna enfermedad cardiovascular previa pero sí con síndrome metabólico; es decir, con un grupo de afecciones que los pone en riesgo de desarrollar una enfermedad cardiovascular. En concreto, el 85,7 por ciento de los participantes eran hipertensos, el 73,5 por ciento obesos, el 91,1 por ciento dislipémicos y el 28,7 por ciento presentaba diabetes mellitus tipo 2.

La investigación asignó aleatoriamente a los pacientes a dos intervenciones: un grupo de de intervención multifactorial para perder peso basado en una dieta mediterránea hipocalórica, el fomento de actividad física y apoyo conductual; y un grupo control al que se animaba a adherirse a una dieta mediterránea sin restricción de energía, que en el estudio 'PREDIMED-1' ya había demostrado eficacia en la prevención de enfermedades cardiovasculares.

Antes de la intervención, más del 90 por ciento de los participatnes tenía al menos dos de estos factores de riesgo cardiovascular, y el 66 por ciento tenía tres o más. En el grupo de los que siguieron una dieta baja en calorías, los más adherentes vieron reducir en un 3 por ciento la suma de al menos dos factores de riesgo cardiovascular y un 11 por ciento la suma de tres o más de estos factores. Las variables que más se reducen cuando hay una alta adhesión a una dieta mediterránea hipocalórica son el índice de masa corporal (IMC), el perímetro abdominal y los triglicéridos.

La investigación también pone de manifiesto diferencias entre hombres y mujeres. "Sabemos que en las mujeres, el seguir mejor la dieta mediterránea baja en calorías se asocia significativamente a menor carga de factores de riesgo cardiovascular; es decir, a menor probabilidad de tener simultáneamente tres o más de los factores estudiados. Esto es algo que no ocurre en los hombres", explica el doctor Miguel Ángel Martínez-González, jefe de grupo de CIBER-OBN y autor senior del estudio.

Los resultados finales de la investigación, que incluirán también una comparación entre el grupo de intervención y el grupo de control, estarán disponibles en el año 2022. Por el momento, el investigador destaca que "es la primera vez en el mundo que se hace un ensayo tan ambicioso, que incluye no solo los efectos de la dieta hipocalórica, sino también el ejercicio físico y la pérdida de peso".

La SEC recuerda que tener un factor de riesgo (diabetes, hipertensión, sedentarismo, tabaquismo, sobrepeso, obesidad y abuso de alcohol, entre otros) aumenta "muy significativamente" las posibilidades de sufrir una enfermedad cardiovascular, pero tener más de uno de esos factores multiplica "exponencialmente" estas probabilidades.

¿CÓMO ES ESTA DIETA?

La dieta mediterránea baja en calorías que siguieron los participantes en el estudio consistía en tomar exclusivamente aceite de oliva virgen extra para cocinar, aliñar las ensaladas y en el pan; tres o más piezas de fruta al día; dos o más raciones de verduras y hortalizas al día, una de ellas en ensalada; reducir a una ración diaria o menos el pan blanco; cinco raciones o más por semana repartidas entre pan integal, arroz integral y pasta integral; reducir a una ración semanal o menos la carne roja, hamburguesas y productos cárnicos procesados; y a menos de una ración semanal la mantequilla, margarina o nata.

Por otra parte, bebieron menos de una bebida azucarada o zumo de futa azucarado a la semana; tres o más raciones de legumbres por semana; tres o más raciones semanales de pescado o marisco; y tres o más raciones de frutos secos a la semana. Los participantes consumían preferentemente pollo, pavo o conejo en lugar de ternera, cerdo, cordero, hamburguesas o salchichas; y no añadieron azúcar a las bebidas como té o café. Por último, consumieron sofrito dos o más veces por semana; redujeron a menos de tres veces por semana las raciones de pasta no integral o arroz blanco; y bebieron 2 o 3 vasos de vino al día en hombres, y uno o dos en mujeres.