MADRID, 9 Jun. (EDIZIONES) -
La alimentación juega un papel fundamental en la salud y en la prevención de diversas enfermedades, incluido el cáncer. Cada vez más investigaciones apuntan a que ciertos patrones dietéticos pueden influir en el riesgo y la progresión de afecciones relacionadas con el mieloma múltiple, un tipo de cáncer hematológico.
En este contexto, la calidad de la dieta y el consumo de fibra están ganando protagonismo como posibles factores modificables para mejorar el pronóstico y bienestar de los pacientes.
BENEFICIOS DE UNA DIETA RICA EN FIBRA PARA LA SALUD
Una dieta rica en fibra basada en plantas podría beneficiar a pacientes con riesgo de desarrollar mieloma múltiple, según sugieren los resultados de un nuevo ensayo clínico del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering (Estados Unidos).
El estudio demostró que la dieta no solo era viable y bien recibida, sino que también mejoraba varios factores que podrían retrasar la progresión de afecciones precancerosas que pueden derivar en mieloma múltiple.
El mieloma múltiple suele estar precedido por afecciones tempranas no cancerosas que involucran células plasmáticas anormales, un tipo de glóbulo blanco que se encuentra en la médula ósea. Se ha demostrado que un peso corporal elevado, una dieta deficiente y un equilibrio bacteriano intestinal deficiente aumentan el riesgo de desarrollar estas afecciones y progresar a mieloma múltiple.
"Con la detección precoz del cáncer y la identificación más frecuente de estados precancerosos, existe una creciente oportunidad para comprender cómo los factores de riesgo modificables, como la dieta y el estilo de vida, afectan la progresión del cáncer", comenta Francesca Castro, dietista de investigación clínica del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering. "Nuestros resultados resaltan la importancia de una mejor calidad de la dieta en las etapas iniciales de la enfermedad y podrían servir de guía para futuros ensayos clínicos".
La investigación actual en pacientes con riesgo de padecer mieloma tiende a centrarse en identificar los factores genómicos e inmunitarios que impulsan la progresión y las opciones de terapia para las personas con enfermedades precursoras.
"Con todo lo que los pacientes no pueden controlar durante y antes del tratamiento oncológico, estudiar la dieta les brinda la oportunidad de influir en su riesgo de padecer la enfermedad y en el éxito potencial de su tratamiento", agrega el doctor Urvi A. Shah, médico científico del Centro Oncológico Memorial Sloan Kettering e investigador principal de la investigación. "Nuestro estudio demuestra el poder de la nutrición en el ámbito preventivo y demuestra su potencial para brindar a los pacientes un sentido de autonomía en su diagnóstico".
RESULTADOS Y SEGUIMIENTO DEL ESTUDIO SOBRE FIBRA Y MIELOMA
El estudio piloto, que forma parte de los ensayos NUTRIVENTION, incluyó a 20 pacientes con riesgo de desarrollar mieloma múltiple debido a enfermedades precursoras y un índice de masa corporal elevado. Los pacientes recibieron 12 semanas de comidas ricas en fibra y a base de plantas, 24 semanas de asesoramiento nutricional individualizado y se les realizó un seguimiento de 52 semanas.
De esta forma, se animó a los participantes del estudio a comer hasta saciarse, siempre que consumieran alimentos integrales de origen vegetal, como frutas, verduras, frutos secos, semillas, cereales integrales y legumbres. También se les pidió que evitaran los cereales refinados, los productos animales, el azúcar añadido y los alimentos altamente procesados.
Así, los investigadores descubrieron que la dieta rica en fibra y basada en plantas era viable y bien recibida, lo que condujo a la adherencia alimentaria y a la pérdida de peso.
Antes del inicio del estudio, solo el 20% del total de calorías provenía de alimentos vegetales ricos en fibra, mientras que al final de la intervención dietética de 12 semanas, esa cifra se disparó al 91%.
A las 12 semanas, la mediana del IMC de los participantes había disminuido un 7%, y esta pérdida de peso se mantuvo al año. Además, dos pacientes experimentaron una ralentización de la progresión de la enfermedad, mientras que en los demás la progresión se mantuvo estable.
Los investigadores también observaron mejoras significativas en la calidad de la dieta, la calidad de vida, marcadores metabólicos como la resistencia a la insulina y los perfiles lipídicos, la inflamación y la diversidad y composición del microbioma intestinal. Estas mejoras se mantuvieron al final de la intervención de 12 semanas y se mantuvieron durante las 52 semanas de seguimiento.
"Nuestro estudio incluyó participantes de diversas razas, así como una evaluación dietética y de biomarcadores exhaustiva", asegura Shah. "Nuestro análisis exhaustivo de la mejora de la respuesta inmunitaria y metabólica sugiere que una dieta rica en fibra a base de plantas también puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, diabetes y otras enfermedades metabólicas".
PRÓXIMOS PASOS EN LA INVESTIGACIÓN
Al consumir fibra, la mayoría de los estadounidenses no alcanzan los 28 gramos diarios recomendados por las Guías Alimentarias de EEUU. Para aumentar la fibra en la dieta, los investigadores sugieren establecer objetivos diarios realistas y centrarse en una comida a la vez.
"Piensa en qué alimentos puedes añadir o sustituir para aumentar la ingesta de fibra", reflexiona Castro. "Puede ser muy sencillo, como añadir una pieza de fruta al final de una comida o cambiar un grano refinado por uno integral. Consumir más fibra puede reducir el riesgo de muchas otras afecciones y mejorar la salud en general, además de reducir el riesgo de cáncer".
Los investigadores están inscribiendo participantes en los ensayos de seguimiento NUTRIVENTION para evaluar los posibles efectos de una dieta rica en fibra y basada en plantas en grupos más amplios de pacientes e investigar los efectos de la dieta, en comparación con los suplementos, en el microbioma intestinal.
También planean estudiar los efectos de la dieta rica en fibra y basada en plantas en otras enfermedades hematológicas precursoras, como la hematopoyesis clonal, que aumenta el riesgo de otros tipos de cáncer de la sangre, como la leucemia.