MADRID, 4 Dic. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad de Oulu (Finlandia) han llevado a cabo un estudio, publicado en 'Annals of Medicine', que ha hallado que una dieta alta en sal aumenta el riesgo de sufrir fibrilación auricular, la forma de arritmia cardíaca más común.
Las personas con fibrilación auricular corren un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular y, en casos extremos, también pueden provocar insuficiencia cardíaca.
De forma paralela, ya se conocía que el consumo excesivo de sal aumenta el riesgo de enfermedades cardiovasculares, especialmente la presión arterial alta, el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular.
Los investigadores siguieron a un grupo de 716 hombres y mujeres de mediana edad durante un promedio de 19 años para probar su hipótesis. El equipo identificó a 74 personas diagnosticadas con fibrilación auricular de inicio reciente y comparó las tasas de incidencia según las estimaciones de la ingesta diaria de sal de los individuos.
Descubrieron una mayor incidencia de la enfermedad en aquellos que consumían los niveles más altos de sal en comparación con aquellos con la ingesta más baja.
"Este estudio proporciona la primera evidencia de que la sal en la diete puede aumentar el riesgo de fibrilación auricular de nueva aparición, lo que se suma a una creciente lista de peligros del consumo excesivo de sal en nuestra salud cardiovascular", ha indicado el autor principal del estudio, Tero Pääkkö. El científico ha agregado que "las personas que corren un mayor riesgo de fibrilación auricular pueden beneficiarse de la restricción de sal en su dieta".
No obstante, el científico ha reconocido que "se necesitan más estudios confirmatorios" y que "los hallazgos son preliminares". Solo aquellas personas que necesitaban atención de emergencia fueron identificadas como fibrilación auricular, lo que puede ser una subestimación.
También se basaron en la estimación de la ingesta de sal a partir de la información recopilada en un diario de alimentos de site días al inicio del estudio, lo que no puede ser 100 por ciento fiable y supone que los hábitos alimentarios de las personas no cambiaron durante el período de seguimiento.
¿Y LA EDAD?
El consumo de sal también se asoció de forma independiente con el riesgo de desarrollar la enfermedad después de considerar varios factores de riesgo, como la edad, el índice de masa corporal, la presión arterial y el hábito de fumar.
De hecho, la probabilidad de sufrir fibrilación auricular aumenta con la edad y afecta a siete de cada 100 personas mayores de 65 años. Por lo tanto, se pronostica que el número de personas afectadas por la enfermedad aumentará en los próximos años porque las personas viven más tiempo.
"Dado que las estimaciones sugieren que más de las tres cuartas partes de la sal que ya se consume en los alimentos procesados, reducir la ingesta de sal de la población podría tener un impacto enormemente beneficioso en la fibrilación auricular de nueva aparición y la enfermedad cardiovascular en general", ha explicado Pääkkö.