MADRID, 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
Fomentar el mayor número de comidas posible en casa y en familia mejora el estado nutricional de los escolares, según han asegurado expertos de la Federación Española de Industrias de la Alimentación y Bebidas (FIAB), con motivo del Día Mundial de la Alimentación, que se celebra este viernes.
Y es que, la edad preescolar, escolar y la adolescencia son etapas clave en la educación nutricional de una persona para la consolidación de hábitos de vida saludables. La primera se caracteriza por un crecimiento continuo (de 5 a 6 centímetros por año) y por un aumento del peso aproximado de 2 kilogramos al año durante los primeros años, y de 4 a 4,5 kilogramos cerca de la pubertad.
Es, además, una época en la que se incrementa la actividad intelectual y física, lo que implica un mayor gasto calórico y, por tanto, es importante adquirir hábitos saludables que repercutan en el comportamiento nutricional y en la salud a corto, medio y largo plazo.
Respecto a la adolescencia, los expertos han recordado que es el periodo de la vida en el que se produce una aceleración del crecimiento con importante aumento de la estatura y el peso, lo que produce un gran aumento de las necesidades de energía y nutrientes, que deberán ajustarse de acuerdo con la talla, el estado de nutrición y la velocidad de crecimiento.
"En esta etapa es importante que los padres tengan especial cuidado con las dietas milagro, ya que el joven tiende a tener una mayor preocupación por el aspecto físico y la integración en su grupo social, y con la falta de actividad física del adolescente, debido a que actualmente se tiende a llevar un estilo de vida más sedentario", han argumentado.
NO VER LA TELEVISIÓN MIENTRAS SE COME
Otros consejos para la edad escolar pasan por incorporar hábitos adecuados en las comidas como el uso de cubiertos, mantenerse sentado durante toda la comida o no ver la televisión mientras se come. Asimismo, es importante enseñar a los escolares a pedir platos saludables y raciones adecuadas cuando de ellos depende la elección de su alimentación.
En concreto, las necesidades energéticas para los niños entre 4 y 8 años son de 1.200 kilocalorías para niñas y 1.400 para niños, mientras que cuando tienen entre 9 y 12 años se deben consumir 1.600 kilocalorías al día las niñas y 1.800 los niños, incrementándose en caso de que se realice actividad física moderada o intensa. En el caso de los adolescentes, se recomienda ingerir 2.200 kilocalorías diarias para hombres y 1.800 para mujeres.
Los profesionales de FIAB han destacado también la importancia del desayuno. "El desayuno rompe con el ayuno de 10-12 horas y debe aportar entre un 20 o un 25 por ciento de la energía necesaria para todo el día, por lo que si no se realiza correctamente es difícil que se cubran los aportes de nutrientes necesarios", han recalcado.
En este sentido, han recomendado dedicar entre 10 o 15 minutos al desayuno, sentados en la mesa en un ambiente relajado; y aprovechar la media mañana para incluir alimentos que no se hayan tomado en la primera ingesta del día, evitando siempre periodos largos de tiempo sin ingerir nada para evitar la saturación de comidas posteriores.
