Un consumo responsable de helados puede ser compatible con un estilo de vida saludable pero ¿cómo?

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Archivo - Niño, playa, verano, vacaciones, helado - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / TATYANA TOMSICKOVA
Publicado: viernes, 1 agosto 2025 13:31

   MADRID, 1 Ago. (EUROPA PRESS) -

   Un helado puede encajar perfectamente en una dieta saludable o incluso en un plan de pérdida de peso, siempre que se consuma de forma ocasional, en porciones moderadas y dentro de un patrón alimentario equilibrado; disfrutarlo como parte de una merienda o postre, una o dos veces por semana, es una forma responsable y compatible con un estilo de vida saludable, sostiene el nutricionista y catedrático de Ciencias del Deporte de la Universidad Europea, Vicente Javier Clemente.

   El riesgo no está solo en lo que se consume, sino también en lo que se deja de consumir. Un consumo excesivo de estos productos tiende a desplazar alimentos más nutritivos y necesarios durante el verano, como frutas frescas o preparaciones ligeras. Para evitarlo, Clemente propone adoptar una actitud crítica ante el etiquetado. "Es importante fijarse en la cantidad de azúcares añadidos, el tipo de grasa que contiene, y si aparecen edulcorantes como el jarabe de glucosa-fructosa", señala.

   En este sentido, señala que los helados industriales, especialmente los más tradicionales, "pueden representar un exceso de calorías, azúcares simples y grasas saturadas". Esta combinación no solo favorece el aumento de peso, sino que a largo plazo puede alterar la salud metabólica.

   Además, advierte sobre una práctica habitual de la industria alimentaria en la que "los valores nutricionales muchas veces se presentan por raciones pequeñas que no se corresponden con lo que realmente consume una persona, lo que puede dar una imagen engañosamente saludable del producto".

   Por ello, el experto recomienda alternativas como preparar helados caseros a base de fruta congelada y yogur natural sin azúcar, o incluso usar plátano como base para conseguir una textura cremosa. "También pueden añadirse ingredientes como cacao puro, frutos secos o canela para darles sabor sin necesidad de azúcares añadidos", propone.

   "Un buen helado es aquel elaborado con ingredientes naturales, bajo en azúcares y grasas saturadas, y que además puede aportar beneficios como vitaminas, fibra o probióticos", explica. Las versiones sin azúcar, si bien pueden ser útiles, deben analizarse caso por caso. "A veces generan una falsa sensación de permiso para abusar, y algunos edulcorantes pueden causar molestias digestivas o afectar la microbiota intestinal si se consumen en exceso".

   Por otro lado, Clemente señala que, durante el verano, se producen errores como abusar de refrescos azucarados, comer más fuera de casa, picar entre horas sin hambre real o justificar los excesos. Así, apunta que mantener ciertos hábitos, incluso en vacaciones, puede marcar la diferencia. "Hay muchas otras formas de refrescarse y cuidarse a la vez: gazpachos, batidos naturales, polos caseros, ensaladas frías o infusiones con menta y limón", recuerda el experto.

   No obstante, el experto declara que "el verano también es para disfrutar". En este sentido, explica que "la clave no está en prohibir, sino en saber elegir, moderar y disfrutar con conciencia. Si somos capaces de mantener cierto equilibrio, un helado no solo no es un problema, sino que puede formar parte de un estilo de vida saludable y feliz", concluye.

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