MADRID, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) ha informado de que el consumo de grasa no debe superar el 30 o el 35 por ciento de las calorías consumidas.
"Para una dieta media de 2.000 kilocalorías (Kcal), el contenido calórico procedente de las grasas sería de aproximadamente 600-700 Kcal, lo equivalente a una toma diaria de aproximadamente 70-78 gramos de grasas", ha explicado la experta del área de Nutrición de la SEEN, Emilia Cancer.
Asimismo, ha avisado de que no sólo es importante la cantidad de grasas que se consumen, sino también la calidad, dado que ambos factores determinan su efecto sobre la salud. "No debemos consumir grasas trans, y debemos reducir el consumo de grasas saturadas porque están directamente relacionadas con el aumento de colesterol en sangre, el desarrollo de ateroesclerosis y el aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular, que es la principal causa de morbimortalidad en España", ha señalado.
Concretamente, las grasas que se consumen proceden principalmente de diversos alimentos de origen animal y vegetal, donde se encuentran en diferentes proporciones, pero "no todas ellas son igual de necesarias".
En este sentido, las grasas saturadas se encuentran en alimentos de origen animal, como carnes, embutidos, leche y sus derivados. También están presentes en aceites de origen vegetal, como los aceites de coco o de palma, que se consumen a través de bollería industrial, aperitivos salados y productos transformados, principalmente.
"El consumo de grasas saturadas favorece un aumento de los niveles de colesterol en sangre, en concreto del LDL colesterol, también llamado colesterol 'malo'. Los alimentos ricos en grasas saturadas deben formar parte del vértice de la pirámide de la alimentación saludable y, por lo tanto, solo deberían consumirse de forma esporádica, ya que no debe superar el 9-10 por ciento de la ingesta calórica diaria total", ha avisado.
EFECTO NEGATIVO DE LAS GRASAS TRANS SOBRE EL ORGANISMO
Por su parte, las grasas insaturadas se encuentran en alimentos de origen vegetal, como los aceites vegetales: aceite de oliva, girasol o maíz. A su vez, se clasifican en grasas monoinsaturadas, presente especialmente en el aceite de oliva, donde puede alcanzar hasta un 75-80 por ciento; poliinsaturadas, que son los omega 3, 6 y 9 y cuya recomendación en una dieta saludable es del 6-10 por ciento de las calorías totales; y las trans, que se producen durante la elaboración de las margarinas y grasas de repostería, como resultado de la hidrogenación parcial o total de aceites vegetales o de pescado insaturados.
"El consumo de ácidos grasos trans provoca en el organismo un efecto más negativo que la grasa saturada, ya que aumenta los niveles de LDL colesterol y triglicéridos y también reduce HDL colesterol en sangre, también llamado colesterol 'bueno', favoreciendo el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, Por ello, se debe mantener una ingesta lo más baja posible, por lo que se recomienda consumir menos del uno por ciento de las calorías totales de la dieta", ha apostillado la experta.