MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
Una correcta hidratación es muy importante durante toda la vida, pero es determinante durante el embarazo, la lactancia y la primera infancia. Esta es una de las ideas que ha destacado la Sociedad Española de Nutrición Comunitaria (SENC) a través de un informe presentado en el 33º Congreso de la Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) con la colaboración de Solán de Cabras.
El estudio ha sido realizado con la participación de la Asociación Española de Ciencias del Deporte, la SEGO, la Sociedad Española de Médicos de Residencias (SEMER), la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), la Sociedad Española de Nefrología (SEN) y la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria (SEPEAP).
El presidente científico de la SENC, el profesor Javier Aranceta, ha afirmado que "la cantidad y la calidad del agua tienen una relevancia clave en todas las etapas de la vida, pero de manera muy especial durante los períodos de embarazo, lactancia y primera infancia, en los que podría resultar especialmente recomendable el consumo de agua mineral natural sin gas".
Durante el embarazo, el 90 por ciento del peso corporal del feto es agua, un porcentaje que asciende al 75 por ciento en recién nacidos y que se mantiene en el 60 por ciento en la edad adulta. El consumo de agua en la mujer embarazada ayuda a mantener el líquido amniótico, interviene en la prevención de infecciones urinarias y cálculos renales y ayuda a la hidratación en las gestantes con vómitos.
Aranceta recomienda que una mujer embarazada consuma entre 2,5 y 3 litros de agua al día, con preferencia por el agua mineral, que aporta minerales y oligoelementos como el calcio, el magnesio o bicarbonatos. Aranceta ha añadido que "además, se produce una mejoría de la sensación de quemazón en el esófago por la ingesta hídrica frecuente, que previene también el estreñimiento como síntoma común. Hay que tener en cuenta que cerca de dos tercios del aumento de peso que experimenta la embarazada son agua".
En el caso del período de lactancia, el recién nacido necesita más cantidad de agua y la madre siente una mayor sed para favorecer la ingesta hídrica. El consumo aumenta unos 700 mililitros más al día, siendo muy importante el consumo de agua con bajo contenido en sodio. "Por otra parte, en la preparación de biberones, la cantidad y caracterización del agua empleada tiene gran importancia en el aporte, seguridad alimentaria y equilibrio hidroeléctrico del lactante", ha afirmado Aranceta.
Durante la primera infancia, la hidratación de los niños se basa en agua, leche y alimentos naturales ricos en agua. Para conseguir una hidratación saludable, se debe procurar 1 mililitro de agua por cada kilocaloría de ingesta energética. Entre los 1 y 6 meses, un niño necesita 0,7 litros de agua al día, una cantidad que se cubre con la lactancia materna. A partir de los 6 meses de edad, esta cantidad irá aumentando hasta los 0,8 litros de agua al día. Entre el año y los 18 años, una persona necesita entre 1,3 y 2,3 litros de agua al día.