MADRID 5 May. (EUROPA PRESS) -
Tomar un vaso grande de horchata natural durante tres días basta para producir cambios en la microbiota intestinal asociados a un perfil microbiano más saludable, según un estudio del Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).
La investigación, que ha sido publicada en 'Nutrients', se ha realizado sobre una muestra de 35 voluntarios que tomaron 300 mililitros diarios de horchata sin pasteurizar, con todo su almidón y sin azúcar añadido, durante tres días. Los resultados sugieren que el consumo de este producto tradicional elaborado a partir de la chufa puede mejorar la salud digestiva y el estado general de salud.
El estudio analizó la microbiota intestinal, los microorganismos presentes en el sistema digestivo, de la personas voluntarias antes y después del consumo de horchata natural no pasteurizada y sin azúcar añadido. Este producto tradicional es rico en almidón resistente, en ácido oleico (como el aceite de oliva) y aporta antioxidantes (polifenoles) presentes en la chufa, de donde se obtiene.
A las personas voluntarias (todas mayores de edad y con buen estado de salud) se les ofreció un vaso grande de horchata natural (300 mililitros) sin pasteurizar durante 3 días, y se obtuvieron muestras de heces antes y después de tomarla. El análisis de la microbiota intestinal por secuenciación del ADN microbiano mostró tres perfiles de microorganismos en los voluntarios antes del estudio. Estos perfiles cambiaron en todos los casos tras el consumo de horchata, siendo enriquecidos con diversas bacterias beneficiosas y precursoras de butirato, sustancia con múltiples beneficios para el intestino y el sistema inmune.
"En solo 3 días, las poblaciones bacterianas de todos los voluntarios cambiaron hacia patrones microbianos más saludables, similares a los que promueve la dieta mediterránea o vegetariana", asegura Gaspar Pérez, el investigador del CSIC en el IATA que lidera el estudio.
En concreto, tras el ensayo los investigadores observaron que aumentaba la presencia de bacterias como 'Akkermansia' (asociada a la pérdida de peso), 'Christenellaceae' y 'Clostridiales', además de 'Faecalibacterium' (asociada al control de la glucosa), 'Bifidobacterium' y 'Lachnospira'. "Se trata de especies que ya existían en el sistema digestivo de los voluntarios", recuerda Gaspar Pérez, "pero que el consumo de horchata natural ha fomentado, mejorando el perfil de la microbiota intestinal de las personas que participaron en el ensayo".
Después del cerebro, el sistema digestivo concentra el mayor número de conexiones nerviosas del cuerpo, así como el 70% de las células inmunitarias. Por tanto, el correcto funcionamiento del intestino influye notablemente sobre el estado de salud y el bienestar general. "En nuestro estudio hemos visto que la horchata natural sin azúcar estimula la proliferación de bacterias beneficiosas que ayudan a mantener un correcto funcionamiento digestivo", destaca el científico del CSIC.