MADRID, 8 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los zumos de frutas son una importante fuente de vitaminas y minerales porque mediante su ingesta se obtienen nutrientes necesarios para el organismo, aunque existe cierto desconocimiento en cuanto a las distintas categorías de zumos que podemos encontrar en los supermercados españoles.
Consumir zumos es un buen complemento para alcanzar la ingesta de fruta y verduras recomendada y desde la Asociación Española de Fabricantes de Zumos (Asozumos) han definido los diferentes tipos de zumo existentes en el mercado.
En primer lugar, el zumo de frutas susceptible de fermentación pero no fermentado, obtenido a partir de las partes comestibles de frutas sanas y maduras, frescas y conservadas. También existe el zumo de frutas a partir de concentrado, un producto obtenido del exprimido de fruta que puede ser sometido a un proceso de concentración donde se elimina parte del agua.
Cuando se envasa el concentrado se reconstituye con agua potable manteniendo las características físicas, químicas, organolépticas y nutricionales del zumo de la fruta de la que procede y al que también se le podrá reincorporar el aroma, la pulpa y las células que procedan de la misma especie de la fruta.
Por último, el néctar de frutos que se trata de un producto susceptible de fermentación, pero no fermentado que se obtiene por adición de agua con o sin adición de azúcares y/o miel a los zumos y/o purés concentrados o no.
BENEFICIOS DEL ZUMO
La vitamina C que aportan los zumos está relacionada con la reducción del cansancio y la fatiga y tiene un papel fundamental en la absorción de hierro. De la misma manera, tienen provitamina A, importante para la vista, la piel, las mucosas sanas y para el crecimiento óseo.
Por otra parte, la vitamina B9 contribuye al mantenimiento de las funciones psicológicas y juega un papel muy importante en los procesos de división y neoformación de las células durante el embarazo, así como para favorecer la prevención de malformaciones en el feto.
Respecto a sus minerales, el potasio favorece el equilibrio hídrico y contribuye al desarrollo de una función muscular adecuada, participa en muchas reacciones enzimáticas y en importantes procesos fisiológicos, como el ritmo cardíaco, la conducción nerviosa y la contracción muscular.
Por su parte, el magnesio contribuye en la formación de los huesos y refuerza el sistema inmunológico, o el calcio que participa en el correcto desarrollo y mantenimiento de los huesos.