Comer pan, una de las "recomendaciones tradicionales" para tener una alimentación saludable

Pan
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Actualizado: jueves, 21 diciembre 2017 12:36

MADRID, 21 Dic. (EUROPA PRESS) -

El consumo de alimentos que contiene fibra dietética, alimentos derivados de cereales y granos enteros, como es el caso del pan, "es una de las recomendaciones tradicionales para alcanzar una alimentación saludable", ha señalado María Dolores del Castillo, investigadora del Grupo de Biociencias de los Alimentos del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC).

De hecho, "son muchas las falsas creencias en torno al pan, como que es un alimento que engorda o que su exclusión de la dieta ayuda a perder peso". El aporte de micronutrientes y fibra, le otorgan un valor nutricional destacable a este alimento, que puede incluirse en la dieta diaria.

Además, un control adecuado de la ingesta calórica total y la actividad física, pueden ser buenos aliados para llevar a cabo una alimentación saludable incluso en estas épocas del año, ha explicado Del Castillo.

La doctora ha advertido que "ningún alimento tiene la capacidad de engordar o adelgazar por sí mismo, sino que el aumento de peso se produce cuando consumimos más energía de la que nuestro organismo necesita".

Además, el pan elaborado a base de harina integral o granos enteros "puede incorporarse a una dieta diaria equilibrada manteniendo un estilo de vida saludable".

VALORES ENEGÉTICOS

Sin embargo, "no existe una pauta sobre el consumo recomendado de pan", ya que esta depende de las características de cada individuo y del alimento en cuestión.

Pero, una ingesta diaria adecuada de fibra (25-30 g/día) resulta "esencial a la hora de controlar el peso corporal, ya que disminuye la absorción de las grasas, mejora los niveles de glucemia postprandial e incrementa la sensación de saciedad lo que lleva a comer menos".

El pan blanco y el pan integral aportan valores de fibra dietética del orden de 3,5 y 7,5 g/100, respectivamente, según apunta la experta. Los beneficios se relacionan con un menor riesgo de padecer obesidad y patologías asociadas tales como enfermedades cardiovasculares, diabetes de tipo 2 o el síndrome metabólico, en el contexto de una dieta equilibrada, adaptada a las necesidades nutricionales y los hábitos de vida de cada individuo.