MADRID, 15 Sep. (EUROPA PRESS) -
Las personas con enfermedad renal que agregaron más frutas y verduras a su dieta tuvieron mejoras en la presión arterial y redujeron sus gastos de medicamentos casi a la mitad en comparación con las que fueron tratadas con un régimen de bicarbonato de sodio o no recibieron un tratamiento para la reducción del ácido, según los resultados de un estudio presentado en las Sesiones Científicas de 2016 de la Asociación Americana del Corazón.
"Cabe destacar que hemos logrado un mejor control de la presión arterial con un menor número de fármacos y sin forzar a la gente a cambiar su dieta por completo. En lugar de ello, hemos proporcionado alimentos para toda la familia de manera que pudieran agregar frutas y verduras a lo que comen normalmente. Esto era importante porque muchos de estos pacientes vivían en barrios que no tienen acceso a frutas y verduras a través de los bancos de alimentos locales o tiendas de comestibles", detalla la doctora Nimrit Goraya, autora del estudio y directora del Programa de Nefrología en el 'Baylor Scott & White Health', en Temple, Texas, Estados Unidos.
Los riñones enfermos son menos capaces de eliminar el ácido del cuerpo, lo cual puede crear niveles de ácido anormalmente altos en la sangre, un trastorno llamado acidosis metabólica. Las personas con enfermedad renal a menudo son tratadas con bicarbonato de sodio para neutralizar el exceso de ácido. Debido a que muchas frutas y verduras, naturalmente, reducen el ácido después de ingerir, la acidosis metabólica también puede ser tratada mediante el aumento de las frutas y verduras en la dieta.
En el estudio actual, los investigadores compararon el control de la presión arterial en los pacientes que recibieron tratamiento para la acidosis a través de bicarbonato de sodio, frutas y verduras o sin tratamiento para la acidosis. El tratamiento para la acidosis estaba destinado a reducir a la mitad la carga de ácido en los riñones y todos los pacientes (36 en cada grupo) fueron tratados con medicamentos para reducir su presión arterial sistólica (el número superior) a menos de 130 mm Hg.
Los investigadores encontraron que tras cinco años, la presión arterial sistólica media fue menor (125 mm Hg) en el grupo de frutas y verduras que en los pacientes que recibieron bicarbonato de sodio (135 mm Hg) o ningún tratamiento para la acidosis (134 mm Hg). Aunque todos los grupos comenzaron el estudio tomando dosis similares de medicamentos para la presión arterial común, al final se redujo la dosis diaria en el grupo de frutas y verduras en comparación con los que tomaron bicarbonato de sodio o ningún tratamiento para la acidosis.
El gasto farmacológico medio en 5 años para bajar la presión arterial cayó casi a la mitad en el grupo de frutas y verduras (79.760 dólares) frente a los pacientes que tomaban bicarbonato de sodio (155.372 dólares) o no siguieron ningún tratamiento (152.305 dólares). "A la larga, la adición de entre tres y cuatro porciones de frutas y verduras a la dieta reduce la presión arterial y permite que las personas tomen menos medicamentos para la presión arterial, reduciendo sus gastos médicos", afirma Goraya.
EJERCICIO AERÓBICO Y DE RESISTENCIA, BENEFICIOSO PARA ESTOS PACIENTES
En un estudio relacionado, investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Sao Paulo, en Brasil, analizaron qué tipo de ejercicio es el más beneficioso para los pacientes con enfermedad renal en diálisis. Gracias a los datos de 28 trabajos, con un total de 1.045 pacientes en diálisis, compararon el ejercicio aeróbico, el entrenamiento de resistencia (fuerza) o los dos grupos de control.
Los investigadores hallaron que una combinación de la práctica de ejercicio aeróbico y de resistencia era la mejor opción para ayudar a los pacientes a aumentar su aptitud aeróbica y reducir su presión arterial. Tanto el ejercicio aeróbico como el entrenamiento combinado mejoró la capacidad aeróbica en comparación con los grupos control, pero sólo el entrenamiento combinado redujo la presión sistólica media (número superior) en la sangre (-5,88 mm Hg) y la presión arterial diastólica (número inferior) (-3,93 mm Hg).