MADRID, 13 Abr. (EDIZIONES) -
Aunque pueda parecer mentira, comer a diario fuera de casa y guardar la línea son compatibles. Hay muchas personas que por su agenda laboral se ven obligadas a comer fuera de casa muchos días, y de restaurantes, y no por eso ganan 5 kilos de media al año. ¡Es posible seguir una dieta saludable y comer diariamente fuera de casa!
"Sin duda, cuando buscamos perder grasa, la vida social es la parte más complicada y la menos trabajada en consulta", lamenta Gabriela Uriarte, graduada en Nutrición Humana y Dietética por la Universidad de Navarra, coach nutricional y especialista en tratamiento de sobrepeso y obesidad, en una entrevista con Infosalus, con motivo de la publicación de su libro 'Sin dieta para siempre' (Vergara).
De hecho, sostiene que la mayor parte de las veces optamos por no quedar, o bien por seguir haciendo lo mismo de antes y esperar con que con lo que hacemos entre semana sea suficiente para seguir perdiendo grasa. "Todo depende de las elecciones alimentarias que hagamos. No tiene por qué ser un riesgo si sabemos cómo navegar en un menú de restaurante, donde las raciones suelen ser grandes y buscan el sabor, no lo saludable", subraya la especialista en nutrición.
Entre otros riesgos, Uriarte advierte de que comiendo fuera de casa tendemos a comer más de lo que necesitamos porque las raciones suelen ser más grandes de lo que habituamos, al tiempo que solemos acompañarlas de más pan del que debería comerse, y de bebidas calóricas como el alcohol o los refrescos, así como con postres que no son siempre saludables. "Pero no tiene por qué ser un riesgo si sabes cómo comer de forma saludable fuera de casa", insiste.
Con ello, y siempre que nuestro objetivo sea el perder el peso o mantener la línea, Uriarte aporta los siguientes consejos si se va a comer fuera de casa:
1.- Repasar mentalmente los extra que se hacen. "Puede que estés sobrevalorando o infravalorando esos excesos, aunque casi con seguridad se trate de lo segundo", añade.
2.- Llevar un registro dietético de una semana es una herramienta muy poderosa para comenzar el cambio, y además, el simple hecho de escribir lo que comemos sin juzgar (sólo apuntándolo) ya es en sí mismo terapéutico.
3.- "Una vez que tengamos una visión clara de cuál es nuestra situación actual podemos decidir qué queremos pulir. Hay ciertos momentos, como la pizza del viernes, a los que no te apetece renunciar, y está bien porque no se trata de ser perfectos, sino de elegir las batallas y saber cuándo y cómo ser flexibles", defiende.
4.- En la zona donde vas a comer elige aquel que tenga menús más saludables.
5.- No beberte las calorías, es decir, evitar el consumo de bebidas azucaradas o alcohólicas, (incluida la tónica, por ejemplo, o el bitter kas, que llevan mucha azúcar), o los refrescos. Siempre apostar por el agua. Una alternativa puede ser el agua con gas y con unas gotitas de zumo de limón, aprecia Uriarte.
6.- Hay pocos humanos en el mundo que saben resistirse a comer la cantidad justa de pan. "Es muy difícil controlar la cantidad, y a veces la mejor estrategia es no comer el pan fuera de casa. Lo ideal es comer dos dedos de baguette para acompañar la comida. Mejor que no comas más si quieres guardar la línea", añade.
7.- Elegir siempre que se pueda todos aquellos platos que nos aporten vegetales de primero, y dar rienda suelta a la cantidad, ensaladas templadas, verdura a la parrilla, cremas, por ejemplo. En el segundo plato mejor optar por piezas magras hechas en cocciones suaves, como pescado a la parrilla, o pollo asado, o incluso un potaje de legumbres después de plato de verdura es una vía perfecta para mantener nuestro objetivo. Si la opción es un plato combinado pediremos una parte proteica y ensalada o pimientos de acompañamiento. Si estamos comiendo de pinchos seleccionaremos aquellos que tienen palito, como una brocheta de gambas, una Gilda, bonito encebollado, por ejemplo.
8.- Para postre elegir fruta o café con hielo, que también es un postre rico. Si la ocasión es súper especial hay que intentar compartir el postre. Esto puede suponer una buena opción para degustarlo y no sobrepasarse.