SANTIAGO DE COMPOSTELA, 22 Jul. (EUROPA PRESS) -
Una investigación realizada por Tamara Sotelo Pérez en la Misión Biológica de Galicia (MGB, Pontevedra), dependiente del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), ha avanzado en el estudio de los genes implicados en la presencia de compuestos beneficiosos para la salud en los 37 tipos de brásicas, hortalizas como el repollo o la coliflor.
Esta tesis doctoral ha profundizado en el conocimiento de genes que sintetizan y regulan los compuestos biosaludables de este tipo de hortaliza para determinar que la concentración de los mismos depende del órgano de la planta. De tal forma, se ha detectado que la mayor capacidad antioxidante reside en sus hojas.
En décadas anteriores otros estudios científicos ya habían demostrado que un consumo regular de brásicas contribuía a reducir el riesgo de padecer determinadas enfermedades y, hasta ahora, los programas de mejora genética se habían enfocado hacia la productividad, la resistencia y la calidad comercial.
En su tesis, de calificación sobresaliente 'cum laude', Sotelo ha observado que las hojas poseen mayor capacidad antioxidante, con compuestos fenólicos y carotenoides, y los brotes mayor concentración de gluscosinolatos, componente que aporta el olor y sabor picante a la salsa de mostaza.
BENEFICIOS PARA LA SALUD
Los resultados obtenidos en 'Brassica oleracea como fuente de compuestos biosaludables: aproximación genética' apuntan hacia la recomendación de un consumo habitual de diferentes partes de estas hortalizas.
Además, el trabajo de Sotelo permitirá nuevas posibilidades para programas de mejora genética enfocados a incrementar la calidad nutricional de los cultivos a través de la modificación de los glucosinolatos y los antioxidantes para incrementar aquellos con propiedades beneficiosas para la salud.
Asimismo, la investigación también ha demostrado que la concentración de glucosinolatos en la brásicas es heredable, por lo cual puede modificarse mediante métodos de selección convencional.
La tesis, que fue defendida en la Universidade de Vigo, ha sido llevada a cabo bajo la dirección de la investigadora científica del CSIC Elena Cartea González y la científica del CSIC Pilar Soengas Fernández. Los resultados obtenidos por Sotelo han sido publicados en diversas revistas científicas como 'Plos One'.