MADRID, 6 Ago. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), desde sus áreas de Nutrición y de Obesidad, ha elaborado cuatro documentos sobre recomendaciones alimentarias y de actividad física para pacientes operados de cirugía bariátrica o cirugía de la obesidad, entre los que destaca la ingesta de pescados y carnes blancas.
Asimismo, se debe evitar los alimentos grasos, los dulces, las bebidas con gas, los refrescos azucarados, los zumos y el alcohol. Y las cocciones más recomendables son los hervidos, vapor, microondas, horno y en papillote, controlando la cantidad de aceite. Además, hay que evitar frituras, rebozados, empanados y guisos.
La coordinadora del Área de Nutrición de la SEEN, María Ballesteros, ha resaltado la importancia de "llevar un registro alimentario de todo lo que se consume como herramienta útil para el seguimiento médico y para que el paciente sea consciente de lo que come".
Los pacientes operados por cirugía bariátrica- la cual puede conseguir una reducción entre el 20 y el 40 por ciento del peso corporal inicial si se modifican los hábitos de vida- deben tener en cuenta que "no se trata de una cirugía estética, sino de un procedimiento encaminado a prevenir o mejorar las complicaciones médicas que pueda ocasionar la obesidad del paciente, a través de una pérdida de peso suficiente" y añade que "es una oportunidad para que adquirir y mantener unos hábitos de vida saludables sea más sencillo", ha detallado la coordinadora del Grupo de Obesidad de la SEEN, Nuria Vilarrasa.
Los déficits nutricionales de proteínas, vitaminas y minerales son frecuentes después de este tipo de intervenciones, por lo que es fundamental el papel del especialista en la monitorización y la suplementación de por vida del paciente para evitar complicaciones. Tras la cirugía, la alimentación se hará de manera progresiva, atravesando varias fases que se diferencian en textura y consistencia.
"Se comienza con una dieta de tolerancia líquida postquirúrgica, pasando, posteriormente, a otra de consistencia puré, seguida de una dieta blanda y finalizando con una dieta de consistencia normal. Todas ellas seadaptarán de manera individualizada, promoviendo una alimentación saludable y equilibrada, y los tiempos de cada fase dependerán del tipo de cirugía y de la aceptación del paciente", han señalado las especialistas.
El ejercicio físico diario progresivo en frecuencia, intensidad y duración también es imprescindible para una evolución favorable. Inicialmente, se recomienda pasear y realizar ejercicios suaves de resistencia para evitar la pérdida de masa muscular.
"Progresivamente, el paciente podrá hacer otro tipo de ejercicios, como pilates, yoga, gimnasia de mantenimiento, natación (aquagym) y clases de baile, alternando con 2-3 sesiones a la semana de ejercicios de fuerza", ha concluido la doctora Vilarrasa.