MADRID, 20 Ago. (EDIZIONES) -
Salir a cenar y tener que desabrocharse el botón del pantalón después es una sensación nada saludable que casi todo el mundo ha experimentado alguna vez: demasiado pan, un plato hasta arriba de pasta, el tentador postre de chocolate... Son muchas las circunstancias que pueden llevarnos a esa situación, pero se puede evitar con la táctica adecuada.
La dietista del 'Wellness Institute' de la Clínica Cleveland en Estados Unidos Kristin Kirkpatrick ofrece en su web nada menos que 17 recomendaciones que pueden ayudarnos a salir a cenar y terminar satisfechos pero no rellenos:
ANTES DE LLEGAR AL RESTAURANTE
1. Buscar en Internet los menús del restaurante: la mayoría de los restaurantes tienen sus menús (y en ocasiones la información nutricional) en sus webs. Esto permitirá comprobar las opciones y poder elegir las más saludables cuando se encuentre ya sentado a la mesa.
2. Tomar un pequeño aperitivo antes para mantener a raya el hambre: Unas pocas de nueces o unas galletas de trigo entero permitirán no comer en exceso durante la cena.
3. Hacer una reserva: esperar una mesa aumentará la sensación el hambre y tomarse una bebida o un aperitivo en el bar mientras se espera aumentará la ingesta de calorías.
4. Vestirse adecuadamente para la ocasión: lo apropiado es llevar ropa ajustada pero cómoda. Si se llevan prendas holgadas o con goma en la cintura el estómago no encuentra un límite y se puede comer más.
EN EL RESTAURANTE
5. Evitar la cesta del pan o pedir al camarero que ponga sólo una pieza: Pedir el aceite de oliva en lugar de mantequilla porque, aunque tomará la misma cantidad de calorías, el aceite de oliva contiene grasas monoinsaturadas saludables en lugar de grasas saturadas. Aunque una opción más saludable sería preguntar si le pueden servir verduras frescas en lugar del pan.
6. Informar a sus compañeros de mesa de su intención de comer sano: de este modo se contendrán antes de ofrecerle probar sus platos o compartir el postre.
7. Pedir la comida el primero: de este modo es más probable que pueda elegir la opción saludable que tenía planificada de antemano que si pide después de alguien que tomará una hamburguesa o macarrones con queso.
8. Reducir las porciones que se va a comer: en muchas ocasiones las porciones que sirven son enormes por lo que se puede plantear compartir algún plato con otro comensal o, aunque aun no es muy habitual, pedir al camarero que le ponga lo que no va a comerse para llevarlo a casa.
9. Pedir cambios en las guarniciones: si el plato viene con arroz blanco, puré de patatas o pasta se puede solicitar que en su lugar lo sirvan con la verdura del día.
10. Solicitar una ensalada con proteínas magras (pescado, pollo, etc.) pero examinar todos los ingredientes: pedir lechuga romana u otras verduras de hoja verde en lugar de lechuga iceberg; que el aderezo lo pongan aparte para controlar la cantidad y siempre mejor aceite y vinagre que otras opciones sin grasa que pueden estar cargados de azúcar y evitar el queso, los trocitos de tocino, el huevo, los fideos chinos o las tiras de tortilla.
11. No tener miedo de preguntar cómo se prepara algo o hacer peticiones especiales: aquí las palabras a evitar serían frito, salteado, crujiente, queso, crema, empanado, gratinado, untado con mantequilla y rebozado.
12. Comprobar si hay una sección de "alimentación saludable" en el menú: muchos restaurantes ahora ofrecen esta opción.
DURANTE LA CENA
13. Ser consciente, tomarse tiempo y centrarse en la compañía y la conversación, no sólo en la comida: dejar el tenedor y el cuchillo después de cada bocado y, sobre todo, dejar de comer cuando se sienta que se ha comido suficiente, no cuando se sienta lleno porque entonces ya habrá sido demasiado.
14. Beber agua entre bocados ayuda a llenarse antes: cuidado con el alcohol que aporta calorías vacías y puede disminuir la atención en el control de lo que se come.
15. Tomar los mejores alimentos en el primer plato: habrá más posibilidad de comer vegetales saludables que llenen el estómago.
16. Cuando haya terminado de comer, pida al camarero para que le retire el plato y métase un chicle en la boca. Las dos cosas le evitarán seguir picando comida de su plato cuando ya no tiene hambre.
17. Si no es posible evitar el postre, se puede proponer compartirlo con otros compañeros de mesa. Muchas veces un pequeño bocado dulce es suficiente.