MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
El consumo de cafeína se ha asociado con un menor riesgo de múltiples enfermedades, incluida la diabetes tipo II, enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular, pero el mecanismo subyacente a estos efectos protectores no ha sido claro. Un nuevo estudio ahora muestra que la cafeína promueve el movimiento de una proteína reguladora hacia las mitocondrias, mejorando su función y protegiendo las células cardiovasculares del daño.
El trabajo, publicado este jueves en la revista de acceso abierto 'PLOS Biology', por Judith Haendeler y Joachim Altschmied, de la Facultad de Medicina de la Universidad Heinrich-Heine y el Instituto de Investigación de Medicina Ambiental IUF-Leibniz en Duesseldorf, Alemania, descubrió que el efecto protector se alcanzó a una concentración equivalente al consumo de cuatro tazas de café, lo que sugiere que el efecto puede ser fisiológicamente relevante.
Los autores han demostrado previamente que a concentraciones fisiológicamente relevantes (es decir, niveles alcanzados después de cuatro o más tazas de café), la cafeína mejora la capacidad funcional de las células endoteliales, que recubren el interior de los vasos sanguíneos, y que el efecto involucraba a las mitocondrias.
ACCIÓN SIMILAR A LA REPARACIÓN DEL MÚSCULO CARDIACO TRAS UN INFARTO
Aquí, mostraron que una proteína llamada p27, conocida principalmente como un inhibidor del ciclo celular, estaba presente en las mitocondrias en los principales tipos de células del corazón. En estas células, la p27 mitocondrial promovió la migración de células endoteliales, protegió las células del músculo cardiaco de la muerte celular y desencadenó la conversión de fibroblastos en células que contienen fibras contráctiles, todo lo cual es crucial para la reparación del músculo cardiaco después de un infarto de miocardio.
Los investigadores descubrieron que la cafeína inducía el movimiento de p27 a las mitocondrias, desencadenando esta cadena de eventos beneficiosos, y lo hacía a una concentración que se alcanza en los seres humanos al beber cuatro tazas de café. La cafeína protegía contra el daño cardiaco en ratones pre-diabéticos, obesos y en ratones viejos.
"Nuestros resultados indican un nuevo modo de acción para la cafeína --dice Haendeler--. Uno que promueve la protección y reparación del músculo cardiaco a través de la acción del p27 mitocondrial. Estos resultados deberían conducir a mejores estrategias para proteger el músculo cardiaco del daño, incluida la consideración del consumo de café o la cafeína como un factor dietético adicional en la población anciana. Además, la mejora de la p27 mitocondrial podría servir como una posible estrategia terapéutica no solo en las enfermedades cardiovasculares, sino también en la mejora de la salud".