MADRID, 23 Mar. (EDIZIONES) -
La alimentación complementaria dirigida por el bebé (también llamada en inglés 'baby-led weaning' o BLW) se refiere a que es el bebé quien dirige el proceso de cambio hacia la alimentación variada a partir de los 6 meses. Es la famosa comida por trozos que muchos padres temen por si su hijo se atraganta, pero que si se hace con cuidado y siguiendo unas determinadas recomendaciones, no tiene por qué haber problema.
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP) recuerda que la Organización Mundial de la Salud recomienda la lactancia materna exclusiva hasta los 6 meses y seguir junto con una apropiada alimentación complementaria hasta los 2 años.
Dado que el sabor de la leche materna cambia según la dieta de la madre, los bebés amamantados se acostumbran a esos cambios de sabor y algunos les son familiares, de ahí que los más pequeños de la casa no suelan poner mucho impedimento a la hora de comer por trozos.
De hecho, sostiene que hasta los 6 meses la leche materna es suficiente para alimentar al bebé, pero después hay que ofrecer otros alimentos, casi todos los bebés se mantienen sentados y tienen interés por lo que les rodea. Además, pueden coger cosas con la mano y llevárselas a la boca. La mayoría también puede aplastar alimentos blandos con la lengua y las encías y tragarlos después, añade la AEPAP.
Así que ya se les puede ofrecer alimentos en trozos. "Si no lo han masticado lo suficiente, les da una arcada, el alimento vuelve la parte anterior de la boca y lo vuelven a aplastar hasta que ya lo pueden tragar. Con el BLW, cada niño sigue su propio ritmo. No le viene impuesto desde fuera (el calendario del pediatra o la cantidad de puré o papilla que otros deciden por ejemplo)", remarca la sociedad científica.
Para iniciarse en el Baby Led Weaning la AEPAP indica que el niño debe cumplir los siguientes requisitos:
1.- Puede mantenerse sentado casi sin apoyo.
2.- Muestra interés por la comida de los demás.
3.- Es capaz de coger trozos de alimento del tamaño de un dedo y llevárselos a la boca por sí mismo.
4.- Puede aplastar el alimento con la lengua y hacer movimientos laterales con las mandíbulas y lo puede tragar.
5.- Puede girar la cabeza para decir que ya no quiere más.
EL BEBÉ ES EL QUE MANDA
Entre sus beneficios, Clara Farràs, fan de la alimentación saludable que acaba de publicar un libro con recetas de BLW 'Con mis manitas' (Zenith), señala también que esta introducción de alimentos sólidos de forma dirigida y autorregulada por el bebé a los 6 meses de edad hace que la introducción a la alimentación complementaria, el proceso en sí, se haga menos estresante, más natural, y respetuoso.
"Durante los primeros seis meses de BLW tu bebé aprenderá a gestionar la comida, a conocer diferentes texturas, sabores y olores, pero también perfeccionará sus habilidades motrices, de masticación, y de coordinación visomotora. También aprenderá a controlar su apetito evitando el sobrepeso en un futuro", agrega.
A su vez, señala que el BLW es sinónimo de ofrecerle al bebé alimentos saludables, diversificando texturas, evitando los alimentos duros y peligrosos. "Es proporcionarle la autonomía suficiente para que se alimente por sí solo, respetando sus mecanismos de hambre y de saciedad. No tienes que preparar comidas especiales, toda la familia comerá lo mismo, de esta manera la crianza es más relajada y menos agotadora, ¡te lo aseguro!", agrega.
Desde la Asociación Española de Pediatría (AEP) indican que entre sus ventajas, la primera es la comodidad, ya que el bebé come alimentos que ya hay en la mesa. "No hace falta comprar otros, ni guisarlos de modo especial. Come al mismo tiempo que la familia".
Otro de sus beneficios, según asegura, es que el bebé se va acostumbrando a las comidas de su casa, de su cultura. "Además, los bebés tienen mucho interés por la comida del plato de su madre, quizá su instinto les dice 'si ella lo come, es comestible y seguro que está bueno', así suele ser más fácil", agrega.
Asimismo, los pediatras españoles consideran que el bebé come a su ritmo, según adquiere habilidades. "Nunca se le fuerza. Esto disminuye muchos conflictos familiares. Se evita también el paso intermedio de papillas y purés (aunque no es incompatible), y una nueva transición cuando ya toque pasar a la comida casera", agrega.
ALIMENTOS QUE SE PUEDEN EMPLEAR
Finalmente, los pediatras españoles enumeran los alimentos con los que se puede iniciar el BLW:
.- Verduras cocinadas al vapor o ligeramente cocidas, asadas o fritas. Pueden estar enteras (judías verdes, ramitos de brócoli o coliflor) o cortadas en trozos del tamaño de un dedo (calabacín, zanahoria, calabaza, patata, berenjena, etc.).
.- Frutas y verduras crudas, cortadas en forma de 'palitos': pera, plátano, mango, ciruela, aguacate, pepino, por ejemplo.
.- Carne guisada, cocida o a la plancha, cortada en tiras o con una parte larga para poder agarrarlo: pollo, ternera, pavo, cordero, cerdo, hamburguesa, entre otros.
.-Otros: taquitos alargados de queso, pan o tostadas, colines, tortas de arroz, bolas de arroz o arroz cocinado de cualquier forma, mini sándwiches (las dos partes de pan se pegan con queso de untar, jamón de York, ect), macarrones, entre otros. Más adelante podrá ir probando todas las demás comidas.
Eso sí, la Asociación Española de Pediatría afirma que se deben evitar los platos preparados o alimentos a los que se les haya añadido azúcar o sal, y conviene ofrecer un poco de agua durante estas comidas.
Por último, y sobre el atragantamiento que tanto preocupa con el BLW, la AEP precisa: "Se deben evitar los alimentos duros y pequeños como los frutos secos, las aceitunas, la zanahoria o la manzana crudas. Y los niños han de estar acompañados mientras comen".