MADRID, 15 Ene. (EUROPA PRESS) -
Un estudio dirigido por la Universidad de California en Irvine (Estados Unidos) ha encontrado evidencia de que el ayuno afecta a los ritmos circadianos en el hígado y el músculo esquelético, lo que en última instancia puede llevar a una mejor salud y protección contra las enfermedades asociadas al envejecimiento.
El reloj circadiano funciona como una maquinaria de mantenimiento del tiempo para preservar la homeostasis en respuesta al entorno cambiante. Aunque se sabe que los alimentos influyen en los relojes en los tejidos periféricos, no estaba claro, hasta ahora, cómo la falta de alimentos influye en la función del reloj y, en última instancia, afecta al cuerpo.
"Descubrimos que el ayuno influye en el reloj circadiano y en las respuestas celulares impulsadas por el ayuno, que en conjunto trabajan para lograr una regulación génica temporal específica del ayuno. El músculo esquelético, por ejemplo, parece ser dos veces más sensible al ayuno que el hígado", explica Paolo Sassone-Corsi, autor principal del estudio, que ha sido publicado en la revista 'Cell Reports'.
La investigación se realizó con ratones, que fueron sometidos a períodos de ayuno de 24 horas. Mientras ayunaban, los investigadores notaron que los ratones mostraron una reducción en el consumo de oxígeno (VO2), la tasa de intercambio respiratorio (RER) y el gasto de energía, todos los cuales fueron completamente eliminados por realimentación, que es paralelo a los resultados observados en los seres humanos.
"La reorganización de la regulación de genes mediante el ayuno podría preparar al genoma a un estado más permisivo para anticipar la próxima ingesta de alimentos y, por lo tanto, conducir a un nuevo ciclo rítmico de expresión génica. En otras palabras, el ayuno puede reprogramar esencialmente una variedad de respuestas celulares. Por lo tanto, el ayuno óptimo de manera programada sería estratégico para afectar positivamente las funciones celulares y, en última instancia, beneficiar a la salud y proteger contra las enfermedades asociadas con el envejecimiento", concluyen los científicos.
Este estudio, aseguran, abre "nuevas vías" de investigación que, en última instancia, podrían conducir al desarrollo de estrategias nutricionales para mejorar la salud en los seres humanos.
Sassone-Corsi mostró por primera vez el vínculo ritmo-metabolismo circadiano hace unos 10 años, identificando las vías metabólicas a través de las cuales las proteínas circadianas detectan los niveles de energía en las células.