El aumento calórico de los alimentos, culpable de la obesidad

Comida en familia, alimentación
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Actualizado: miércoles, 1 julio 2015 10:33

MADRID, 1 Jul. (INFOSALUS) -

   La obesidad y el sobrepeso se han convertido en un problema de salud mundial que, además, está aumentando en muchos países al mismo paso que se incrementa el contenido calórico de los alimentos, según un estudio publicado en el Boletín de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

   El estudio, realizado por expertos con base en Nueva Zelanda y Estados Unidos de América (Estados Unidos), analizó los aumentos en el suministro de energía de los alimentos y la obesidad en 69 países (24 de altos ingresos, 27 de ingresos medios y 18 de bajos ingresos), reveló que tanto el peso del cuerpo de peso como el suministro de energía de los alimentos han aumentado en 56 (81 por ciento) de ellos entre 1971 y 2010.

   En 45 países (65 por ciento), el incremento de calorías disponibles era suficiente o más que suficiente para explicar el aumento concurrente en el peso corporal. "Sabemos que hay otros factores que han cambiado a lo largo de estas décadas, como el aumento de la urbanización, la dependencia del automóvil y las ocupaciones sedentarias, que también contribuyen a la epidemia mundial de obesidad", dice Stefanie Vandevijvere, investigadora sobre la salud mundial y la política alimentaria en la Universidad de Auckland, Nueva Zelanda.

    "Sin embargo, nuestro estudio muestra que el exceso de calorías disponibles es un factor probable de consumo excesivo de esas calorías y puede explicar fácilmente el aumento de peso que se ve en la mayoría de los países", argumenta esta experta.

   Los aumentos medios en el suministro de energía alimentaria variaban según el país y algunos de estos niveles eran sorprendentemente altos. Por ejemplo, en Canadá, el suministro de energía alimentaria se incrementó en 559 calorías por persona por día entre 1971 y 2008, en Estados Unidos y Fiji, 768 y 550 calorías, respectivamente, en un periodo de tiempo similar.

   Estos aumentos fueron muy superiores a lo que se requería para explicar el incremento de peso experimentado por cada país, lo que sugiere que los desperdicios de alimentos también se han elevado sustancialmente. "Gran parte del aumento de las calorías disponibles durante décadas ha venido de alimentos ultraprocesados, que son muy apetecibles, relativamente baratos y ampliamente publicitados, por lo que el consumo excesivo de calorías es muy fácil", afirma Vandevijvere.

   El estudio es importante porque proporciona más evidencia de que los gobiernos deben implementar políticas para el suministro de alimentos más saludables y, a su vez, reducir la obesidad, que es un factor de riesgo para muchos problemas de salud, como la diabetes, enfermedades del corazón, derrames cerebrales y algunos tipos de cáncer.

PACTO CONTRA LA OBESIDAD

   Los 194 Estados miembros de la OMS acordaron el Plan de Acción Global para la Prevención y el Control de las Enfermedades No Transmisibles en la Asamblea Mundial de la Salud en mayo de 2013. Uno de los nueve objetivos voluntarios del plan es "detener el aumento de la diabetes y la obesidad", pero también propone medidas que los países pueden realizar para combatir la obesidad, la gestión de los desperdicios de los alimentos y los impuestos para promover una dieta saludable.

   "Los países deben buscar la forma de guiar el sistema alimentario. Esto significa trabajar en varios sectores como la agricultura, la producción de alimentos, la distribución y el comercio minorista, la salud, el bienestar social y la educación", subraya el doctor Francesco Branca, director del Departamento de Nutrición para la Salud y el Desarrollo de la OMS.

   Se necesita una combinación de políticas, incluyendo la restricción de la comercialización de alimentos poco saludables para los niños, el etiquetado nutricional complementario, estrategias de precios de alimentos y mejorar la calidad nutricional de los alimentos en las escuelas y otros entornos del sector público.

   "También tenemos que considerar cómo los acuerdos comerciales y de inversión y las políticas agrícolas afectan a los entornos nacionales de alimentos, las dietas de las personas y los patrones de la enfermedad en los países", dice Vandevijvere.

   Vandevijvere y sus colegas compararon los datos sobre el suministro de energía alimentaria y peso corporal medio de adultos en los 69 países de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) y datos de varias bases de datos sobre el peso promedio de adultos, incluida la base de datos mundial de la Organización Mundial de la Salud sobre el índice de masa corporal (IMC), entre 1971 y 2010.

   La FAO estima el suministro de alimentos de los países mediante el equilibrio de la producción, las existencias y las importaciones en todo el país con sus exportaciones, el uso agrícola para el ganado, las semillas y algunos componentes de los desperdicios. Se suelen tener en cuenta los desperdicios en la explotación y durante la distribución y el procesamiento, pero no las pérdidas de los alimentos comestibles.

   Entre 1980 y 2013, la proporción de adultos a nivel mundial con sobrepeso --es decir, aquellos con un IMC de 25 kg/m2 o más-- pasó de 28,8 a 36,9 por ciento en los hombres y del 29,8 al 38 por ciento en las mujeres. Una persona con un IMC de 30 o más se considera obesa.

LA OMS PLANTA CARA A LOS PRODUCTOS PROCESADOS

  La directora General de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la doctora Margaret Chan, se ha propuesto el reto acabar, o al menos reducir, la prevalencia de obesidad infantil y, para ello, ha abierto una cruzada contra la industria alimentaría de productos azucarados y ultraprocesados, a los que destierra fuera del desarrollo de las políticas de salud pública y de cualquier iniciativa técnica de la OMS.

   "La industria alimentaria no debe tener ni voz ni voto en la orientación técnica emitida por la OMS, y no puede participar en la formulación de políticas de salud pública. Ambas áreas son propensas a conflictos de intereses. Ambos deben ser protegidos de la influencia de las industrias con un interés personal", afirmaba el mes pasado en la apertura en la Tercera reunión de la Comisión de Finalización de Obesidad Infantil celebrada en Hong Kong.

   En un informe dado a conocer este lunes se recuerda que estas industrias buscan acuerdos voluntarios y se oponen firmemente a los enfoques normativos. "Ambas industrias son poderosos agentes económicos. El poder económico se traduce fácilmente en el poder político", ha advertido.

   Los mayores daños provienen de la comercialización de bebidas no alcohólicas ricas en azúcar y los alimentos ultra-procesados, ricos en energía y pobres en nutrientes, que suelen ser los más baratos y más fácilmente disponible, especialmente en las comunidades más pobres.

   La directora de la organización da la bienvenida a las iniciativas voluntarias pero recuerda que "no son susceptibles de ser suficiente". Así, el informe recuerda que parte del trabajo debe estar enfocado al establecimiento, compromiso transparente constructivo por parte del sector privado y de políticas de apoyo a la producción de alimentos más saludables.

   Ya que para tener éxito en la lucha contra la obesidad infantil, considera que los esfuerzos deben ir encaminados a reducir la venta de estos productos no saludables y, para ello, ha vuelto a pedir la puesta en marcha de enfoques reglamentarios y estatutarios, es especialmente medidas que aumenten el precio de estos productos. Como se señala en el informe, ha recordado, "el impacto de las medidas tributarias en el comportamiento de compra es bien apoyada por la evidencia".

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