MADRID, 4 Sep. (EUROPA PRESS) -
¿Son realmente seguros los productos 'light' que consumes a diario? Millones de personas consumen edulcorantes artificiales cada día pensando que son una alternativa saludable al azúcar. Sin embargo, la ciencia todavía sabe muy poco sobre sus efectos a largo plazo en la salud.
Algunos estudios han relacionado ciertos edulcorantes con cambios en la microbiota intestinal, alteraciones metabólicas e incluso variaciones en el apetito, pero la evidencia sigue siendo limitada y, a menudo, contradictoria. En un panorama donde estos productos se consideran "saludables", muchas preguntas sobre su seguridad permanecen sin respuesta.
Un nuevo estudio relaciona el comsumo de algunos sustitutos del azúcar con consecuencias inesperadas para la salud cerebral a largo plazo. La investigación realizada por la Universidad de São Paulo en Brasil y publicada en 'Neurology', la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología, examinó siete edulcorantes bajos en calorías y sin calorías.
El principal descubrimiento es que las personas que consumían las mayores cantidades experimentaban un deterioro más rápido de sus habilidades de pensamiento y memoria en comparación con quienes consumían las menores cantidades.
El vínculo fue aún más fuerte en personas con diabetes. Si bien el estudio mostró una relación entre el uso de algunos edulcorantes artificiales y el deterioro cognitivo, no demostró que fueran una causa.
QUÉ EDULCORANTES SE EVALUARON EN LA INVESTIGACIÓN
Los edulcorantes artificiales examinados en el estudio fueron aspartamo, sacarina, acesulfamo-K, eritritol, xilitol, sorbitol y tagatosa. Estos se encuentran principalmente en alimentos ultraprocesados como aguas saborizadas, refrescos, bebidas energéticas, yogur y postres bajos en calorías. Algunos también se utilizan como edulcorantes por sí solos.
"Los edulcorantes bajos en calorías o sin calorías suelen considerarse una alternativa saludable al azúcar; sin embargo, nuestros hallazgos sugieren que ciertos edulcorantes pueden tener efectos negativos en la salud cerebral con el tiempo", asegura la autora del estudio, la doctora Claudia Kimie Suemoto, de la Universidad de São Paulo en Brasil.
El estudio incluyó a 12.772 adultos de todo Brasil. La edad promedio fue de 52 años y se les dio seguimiento durante un promedio de ocho años. Los participantes completaron cuestionarios sobre alimentación al inicio del estudio, detallando lo que comieron y bebieron durante el último año. Los investigadores los dividieron en tres grupos según la cantidad total de edulcorantes artificiales consumidos.
El grupo con menor consumo consumió un promedio de 20 miligramos al día (mg/día) y el grupo con mayor consumo, un promedio de 191 mg/día. En el caso del aspartamo, esta cantidad equivale a una lata de refresco light. El sorbitol fue el de mayor consumo, con un promedio de 64 mg/día.
EL CONSUMO ELEVADO ACELERÓ EL ENVEJECIMIENTO CEREBRAL
Los participantes recibieron pruebas cognitivas al inicio, a la mitad y al final del estudio para evaluar la memoria, el lenguaje y las habilidades de pensamiento a lo largo del tiempo. Las pruebas evaluaron áreas como la fluidez verbal, la memoria de trabajo, la evocación de palabras y la velocidad de procesamiento.
Tras ajustar factores como la edad, el sexo, la hipertensión y las enfermedades cardiovasculares, los investigadores descubrieron que las personas que consumían la mayor cantidad de edulcorantes presentaban un deterioro más rápido en sus habilidades de pensamiento y memoria que quienes consumían la menor cantidad, con un deterioro un 62% más rápido. Esto equivale a aproximadamente 1,6 años de envejecimiento.
Quienes se encontraban en el grupo intermedio experimentaron un deterioro un 35% más rápido que quienes se encontraban en el grupo con el consumo más bajo, equivalente a aproximadamente 1,3 años de envejecimiento.
Al desglosar los resultados por edad, los investigadores descubrieron que las personas menores de 60 años que consumían mayores cantidades de edulcorantes presentaban un deterioro más rápido de la fluidez verbal y la cognición general, en comparación con quienes consumían menores cantidades. No encontraron vínculos en las personas mayores de 60 años. También descubrieron que el vínculo con un deterioro cognitivo más rápido era más fuerte en los participantes con diabetes que en los que no la tenían.
TAGATOSA, ÚNICO EDULCORANTE SIN VÍNCULO CON EL DETERIORO COGNITIVO
Al analizar los edulcorantes individuales, el consumo de aspartamo, sacarina, acesulfamo-k, eritritol, sorbitol y xilitol se asoció con un deterioro más rápido de la cognición general, en particular de la memoria. No encontraron relación entre el consumo de tagatosa y el deterioro cognitivo.
"Si bien encontramos vínculos con el deterioro cognitivo en personas de mediana edad, tanto con diabetes como sin diabetes, las personas con diabetes son más propensas a usar edulcorantes artificiales como sustitutos del azúcar", sentencia Suemoto.
"Se necesita más investigación para confirmar nuestros hallazgos y para investigar si otras alternativas al azúcar refinado, como el puré de manzana, la miel, el jarabe de arce o el azúcar de coco, podrían ser eficaces", añade.
¿SE PUEDE CONFIAR EN LOS RESULTADOS DEL ESTUDIO?
Una limitación del estudio fue que no se incluyeron todos los edulcorantes artificiales. Además, los participantes informaron sobre su dieta, por lo que es posible que no recordaran con precisión todo lo que comieron.
Por tanto, aunque el estudio de la Universidad de São Paulo sugiere que varios edulcorantes artificiales podrían acelerar el deterioro cognitivo, los expertos advierten que sus resultados muestran asociación y no causalidad.
La investigación, que siguió a más de 12.700 adultos durante ocho años y evaluó su memoria y habilidades de pensamiento, es sólida por su tamaño y duración, pero tiene limitaciones: los participantes reportaron su dieta de forma voluntaria, lo que puede generar errores, y no todos los edulcorantes disponibles fueron analizados. Por eso, aunque los hallazgos son preocupantes y merecen atención, no se puede afirmar que estos edulcorantes causen directamente daño cerebral.