Alimentos procesados y el estrés pueden influir en el desarrollo de enfermedad inflamatoria intestinal, según expertos

Mesa con comida, sopa, salsa, fristos, pasta, hamburguesa, patatas
Mesa con comida, sopa, salsa, fristos, pasta, hamburguesa, patatas - TATSIANA VOLKAVA/ ISTOCK
Actualizado: lunes, 19 mayo 2025 17:45

SAN SEBASTIÁN 19 May. (EUROPA PRESS) -

Los alimentos procesados y el estrés pueden influir en el desarrollo de enfermedad inflamatoria intestinal o emperorar los brotes, según el doctor Juan Arenas, jefe del servicio de Aparato Digestivo de Policlínica Gipuzkoa de San Sebastián.

En un comunicado, Arenas, coincidiendo con la conmemoración este lunes del Día Mundial de la Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), ha recordado "la importancia de visibilizar esta patología crónica que afecta a más de 300.000 personas en España, una cifra que sigue creciendo cada año".

"La Enfermedad Inflamatoria Intestinal engloba dos patologías principales: la colitis ulcerosa, que afecta al intestino grueso, y la enfermedad de Crohn, que puede afectar a cualquier parte del tubo digestivo, desde la boca hasta el ano", ha explicado.

Según el jefe del servicio de aparato digestivo de Policlínica Gipuzkoa, Juan Arenas, "se trata de una enfermedad inmunomediada, en cuyo desarrollo influyen factores genéticos, alimentarios y el estrés". Y aunque según afirma no existe una causa única, Arenas explica que "los alimentos ultra procesados y el estrés pueden aumentar el riesgo de aparición o empeorar los brotes".

Los principales síntomas de la enfermedad inflamatoria intestinal son la diarrea crónica, en ocasiones con mucosidad o sangre, el dolor abdominal y la pérdida de peso. "Ante la sospecha, realizamos análisis de heces en busca de marcadores de inflamación y, sobre todo, una colonoscopia, que es la prueba más precisa para confirmar el diagnóstico", ha apuntado Arenas.

Una vez diagnosticada, la EII requiere seguimiento médico continuado y tratamiento para controlar los brotes y prevenir recaídas. El experto ha destacado que los tratamientos han avanzado "muchísimo" y así "la mayoría de los pacientes puede estar estable y hacer una vida completamente normal".

"En muchos casos, los tratamientos deben mantenerse de por vida, aunque el objetivo es siempre evitar brotes y garantizar una buena calidad de vida a largo plazo", ha añadido. Además, ha lanzado un "mensaje esperanzador", ya que "si no funciona un tratamiento, hay alternativas".

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