MADRID, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -
Las calorías que los niños y adolescentes consumieron de los alimentos ultraprocesados aumentaron de un 61 al 67 por ciento de la ingesta calórica total entre 1999 y 2018, según un nuevo estudio de los investigadores de la Escuela Friedman de Ciencia y Política de la Nutrición de la Universidad Tufts (Estados Unidos), que ha analizado la ingesta dietética de 33.795 niños y adolescentes de todo el país.
Los investigadores recuerdan que los alimentos ultraprocesados son artículos listos para comer o para calentar, a menudo con un alto contenido de azúcares añadidos, sodio y carbohidratos, y un bajo contenido de fibra, proteínas, vitaminas y minerales. Suelen contener azúcares añadidos, aceites hidrogenados y potenciadores del sabor.
Algunos ejemplos son los aperitivos y postres dulces envasados, los cereales azucarados para el desayuno, las patatas fritas, las hamburguesas de comida rápida y algunos embutidos como la mortadela y el salami. Cuando se consumen en exceso, estos alimentos están relacionados con la diabetes, la obesidad y otras enfermedades graves, como ciertos tipos de cáncer.
"Algunos panes integrales y alimentos lácteos son ultraprocesados, y son más saludables que otros alimentos ultraprocesados. El procesado puede mantener los alimentos más frescos durante más tiempo permite el enriquecimiento y la fortificación de los alimentos, y mejora la comodidad del consumidor", ha explicado el autor principal, Fang Fang Zhang, epidemiólogo de nutrición en la Escuela Friedman. "Pero muchos alimentos ultraprocesados son menos saludables, con más azúcar y sal, y menos fibra, que los alimentos no procesados y mínimamente procesados, y el aumento de su consumo por parte de niños y adolescentes es preocupante".
EL MAYOR AUMENTO PROCEDE DE PLATOS LISTOS PARA COMER
El mayor aumento de las calorías procede de platos listos para comer o para calentar, como la comida para llevar y las pizzas y hamburguesas congeladas: del 2,2 por ciento al 11,2 por ciento de las calorías. El segundo mayor aumento de calorías procedió de los aperitivos y postres dulces envasados, cuyo consumo creció del 10,6 al 12,9 por ciento.
El aumento del consumo de alimentos ultraprocesados fue mayor entre los negros no hispanos (10,3%) y los mexicoamericanos (7,6%) que entre los blancos no hispanos (5,2%). No se evaluaron las tendencias en otros grupos raciales debido a la falta de datos suficientes que permitan realizar estimaciones representativas a nivel nacional a lo largo de los ciclos de la encuesta.
En este sentido, no hubo diferencias estadísticamente significativas en los resultados generales según la educación de los padres y los ingresos familiares. "La falta de disparidades en función de la educación de los padres y de los ingresos familiares indica que los alimentos ultraprocesados están muy presentes en la dieta de los niños", ha expresado Zhang. "Este hallazgo apoya la necesidad de que los investigadores hagan un seguimiento más completo de las tendencias en el consumo de alimentos, teniendo en cuenta el consumo de alimentos ultraprocesados", ha reclamado.
Durante el periodo de estudio, las calorías procedentes de alimentos no procesados o mínimamente procesados, a menudo más saludables, disminuyeron del 28,8 al 23,5 por ciento. El porcentaje restante de calorías procedía de alimentos moderadamente procesados, como el queso y las frutas y verduras en conserva, y de potenciadores del sabor añadidos por el consumidor, como el azúcar, la miel, el jarabe de arce y la mantequilla.
Sin embargo, lo positivo es que las calorías procedentes de las bebidas azucaradas se redujeron del 10,8 al 5,3 por ciento del total de calorías, un descenso del 51 por ciento. "Este hallazgo muestra los beneficios de la campaña concertada de los últimos años para reducir el consumo general de bebidas azucaradas", ha expresado Zhang. "Necesitamos movilizar la misma energía y nivel de compromiso cuando se trata de otros alimentos ultraprocesados poco saludables, como pasteles, galletas, donuts y 'brownies'", señala.
En análisis adicionales, explica el investigador, se comparó la composición de los alimentos ultraprocesados con la de los que no lo eran utilizando datos del período 2017-2018, y encontraron que los alimentos ultraprocesados contienen un porcentaje sustancialmente mayor de calorías de carbohidratos y azúcares añadidos, y niveles más altos de sodio, pero también tenían menos fibra y un menor porcentaje de calorías de proteínas", ha afirmado el primer autor del estudio, Lu Wang, becario postdoctoral en la Escuela Friedman.
"El procesamiento de los alimentos es una dimensión que a menudo se pasa por alto en la investigación sobre nutrición. Quizá debamos tener en cuenta que el ultraprocesamiento de algunos alimentos puede estar asociado a riesgos para la salud, independientemente del mal perfil nutricional de los alimentos ultraprocesados en general", concluye Zhang.