MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio interdisciplinario liderado por investigadores de la Universidad de Tufts, en Boston, Massachusetts, Estados unidos, revela que el aceite de coco controla efectivamente el crecimiento excesivo de un hongo patógeno llamado 'Candida albicans' ('C. Albicans') en ratones.
En los seres humanos, niveles altos de 'C. Albicans' en el tracto gastrointestinal pueden llevar a infecciones del torrente sanguíneo, incluyendo la candidiasis invasiva. La investigación, publicada en 'mSphere', sugiere que podría ser posible utilizar enfoques dietéticos como una alternativa a los fármacos antifúngicos con el fin de disminuir el riesgo de infecciones causadas por 'C. Albicans'.
'C. Albicans', un hongo patógeno común, es parte de la flora normal del tracto gastrointestinal y está bien regulado por el sistema inmune, pero cuando el sistema inmunológico está comprometido, el hongo puede extenderse más allá del tracto gastrointestinal y causar enfermedad.
Las infecciones sistémicas causadas por 'C. Albicans' pueden conducir a la candidiasis invasiva, que es la cuarto infección de la sangre más común entre los pacientes hospitalizados en Estados Unidos, según los Centros para el Control de la Enfermedad y la Prevención (CDC, por sus siglas en inglés). La infección es más común entre los pacientes inmunocomprometidos, como los bebés prematuros y los adultos mayores.
Se pueden emplear fármacos antifúngicos para disminuir y controlar 'C. Albicans' en el intestino y evitar que se propague a la circulación sanguínea, pero el uso repetido de los medicamentos antimicóticos pueden dar lugar a cepas de hongos patógenos resistentes a la farmacología. Con el fin de prevenir las infecciones causadas por 'C. Albicans', es necesario reducir la cantidad de este patógeno en el tracto gastrointestinal.
El equipo, dirigido por la microbióloga Carol Kumamoto y la científica de nutrición Alice H. Lichtenstein, investigó los efectos de tres grasas dietéticas diferentes sobre la cantidad de 'C. Albicans' en el intestino del ratón: el aceite de coco, el sebo de vacuno y el aceite de soja. Un grupo control de ratones fue alimentado con una dieta estándar para ratones y se seleccionó el aceite de coco en base a estudios anteriores que han encontrado que tiene propiedades antifúngicas en el laboratorio.
Una dieta rica en aceite de coco reduno 'C. Albicans' en el intestino en comparación con una rica en sebo de vacuno o aceite de soja. El aceite de coco solo o la combinación de aceite de coco y sebo de vacuno reducen la cantidad de 'C. Albicans' en el intestino en más de un 90 por ciento en comparación con una dieta rica en sebo de ternera. "El aceite de coco incluso reduce la colonización fúngica cuando los ratones fueron cambiados de sebo de vacuno a aceite de coco o cuando los roedores fueron alimentados con sebo de vacuno y aceite de coco al mismo tiempo", destaca Kumamoto, profesora de Biología Molecular y Microbiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts.
La también miembro de del Programa de Microbiología Molecular y Géntica de la Escuela Sackler de Posgrado de Ciencias Biomédicas señala que estos hallazgos sugieren que la adición de aceite de coco a la dieta de un paciente puede controlar el crecimiento de 'C. albicans en el intestino, y posiblemente a reducir el riesgo de infecciones fúngicas causadas por este patógeno.
"La comida puede ser un poderoso aliado en la reducción del riesgo de enfermedad. Este estudio marca un primer paso en la comprensión de cómo las infecciones por hongos que amenazan la vida en individuos susceptibles pueden reducirse en el corto plazo mediante el uso de un tipo específico de grasa", añade Alice H. Lichtenstein, doctora en Ciencias, directora del Laboratorio de Nutrición Cardiovascular del Centro Jean Mayer USDA de Investigación Nutricional en el Envejecimiento en la Universidad de Tufts.
"El uso potencial de aceite de coco en el corto plazo para controlar la tasa de crecimiento excesivo de hongos no se debe considerar un enfoque profiláctico para prevenir infecciones por hongos", matiza. En este sentido, la primera autora Kearney Gunsalus, científica postdoctoral en el Laboratorio de Kumamoto sugiere que el equipo quiere dar a los médicos una opción de tratamiento que podrían limitar la necesidad de fármacos antifúngicos.