El 30% de los alérgicos al polen desarrollan también alergias alimenticias

Alergia, estornudo, halitosis
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Actualizado: martes, 4 abril 2017 13:11


LOGROÑO, 4 Abr. (EUROPA PRESS) -

El treinta por ciento de las personas alérgicas al polen desarrollan, también, reacciones de alergia a verduras, hortalizas y frutas, tanto leves, cuando se trata sólo de reacción a los alimentos crudos, como graves.

El doctor Teófilo Lobera ha participado, hoy, en un espacio para la salud en la Casa de los Periodistas, en el que ha indicado que, este año, los niveles de alergia a las cupresáceas (cipreses) y plataneros ha sido alto.

Sin embargo, los niveles de polen, que empiezan ahora, van a ser leves, en parte por una floración "más mantenida" en el tiempo.

Por otro lado, las plantas y los alimentos vegetales tienen un origen filogenético común y poseen unas proteínas similares biológicamente, pertenecientes al grupo conocido como Profilinas.

Por este motivo, se calcula que el treinta por ciento de los pacientes alérgicos al polen de algunos árboles desarrollan reacciones alérgicas frente a grupos de alimentos vegetales relacionados con ellos.

Así, ha relatado cómo el polen tiene bandas proteicas y, una de ellas, por la profilina, puede hacer que se desarrollen reacciones alérgicas a ciertas verduras, frutas y hortalizas crudas, que desaparecen cocinando el alimento. Otras bandas, en esta ocasión por los lípidos, deriva en reacción alérgica grave que no se evita cocinando el alimento

Las vacunas, ha explicado, son el único tratamiento que va contra la causa e interfiere en la evolución natural de la enfermedad, cuya tendencia natural es a empeorar. Así, "la vacuna reduce los síntomas e impide que el proceso vaya a más".

También ha indicado cómo, en ocasiones, los síntomas pueden "asociarse a un catarro", dado que son similares. En este sentido, la "pista" la dará la "repetición" de síntomas todos los años, además de su "duración en el tiempo".

Si hay mucosidad coloreada, fiebre y dolor de cabeza todo apuntará a un catarro, pero si se repiten, cada año, síntomas de picor intenso, estornudos repetidos y mucosidad "tipo agua" podría ser alergia.

En cuanto a las causas ha apuntado a la hereditaria, dado que tiene "carácter dominante y penetración incompleta"; la contaminación, que altera tanto el sistema inmune como la alergenicidad; y, también, ha apuntado a "una hipótesis higienista".

Con respecto a esta última, ha afirmado que, en situaciones de higiene extrema, "el sistema inmune se encuentra inerte, porque no hay infecciones a las que atacar" y, entonces, las defensas producen patologías de forma "paradójica".

De cara a esta primavera, ha señalado que "cuando llega la época es imposible huir de los pólenes". El polen es un contaminante biológico de origen natural, por lo que no puede ser regulado como otros contaminantes atmosféricos.

Por este motivo, deberían establecerse estrategias de otro tipo, como la vigilancia de los aeroalérgenos. Así, siguiendo las recomendaciones del comité de Aerobiología de la SEAIC, los Ayuntamientos deberían evitar la plantación en las ciudades de especies que han demostrado ser muy alergénicas, como ocurre con los plataneros, cipreses, olivos y abedules.

A la vez, se deben realizar podas controladas en el invierno, previas a la floración, sobre árboles ya plantados, como los plátanos, lo que disminuiría la producción de flores y como consecuencia los niveles de pólenes.