El 25% de las calorías de alimentos producidos en Europa, EE.UU., Canadá y Australia se desaprovechan, según un estudio

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Actualizado: miércoles, 5 junio 2013 16:26

MADRID, 5 Jun. (EUROPA PRESS) -

Una de cada cuatro calorías que produce la agricultura a nivel mundial se pierde o malgasta, según el estudio 'La reducción de la pérdida de la pérdida y malgasto de alimentos' del Instituto de los Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés) y el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas. En este sentido, sus autores han apuntado que el dato plantea un "serio reto" sobre la capacidad del planeta para reducir el hambre y cubrir las necesidades alimentarias en un proceso de rápida expansión de la población mundial.

El documento, presentado este miércoles con motivo de la conmemoración del 'Día Mundial del Medio Ambiente', señala también que más de la mitad de los alimentos desaprovechados en Europa, Estados Unidos, Australia y Canadá son desechados en la fase de consumo, mientras que, por el contrario, en los países en desarrollo, dos terceras partes de este malgasto se produce durante la cosecha y almacenamiento de los productos.

Entre otros datos, el estudio destaca que el agua utilizada para la producción de los alimentos que cada año son desperdiciados podrían llenar 70 millones de piscinas olímpicas y las tierras empleadas para su cultivo equivalen al tamaño del Estado de México. Además, un total de 28 millones de toneladas de fertilizante se gastan cada año en la producción de alimentos que serán desaprovechados y cuyo uso ineficiente "está relacionado con la muerte de zonas costeras en todo el mundo", asegura el texto.

Por ello, hace una serie de recomendaciones que incluyen la elaboración de un 'Protocolo de reducción del desperdicio de alimentos' y que permitiría medir, monitorizar y reportar los casos en que se estuviera produciendo el desperdicio. De este modo, las empresas y gobierno podrían concentrar sus esfuerzos en cumplir objetivos de reducción concretos allí donde fuera más necesario, según han explicado los impulsores del estudio.

Además, han destacado las conclusiones del estudio que fue presentado en la cumbre de Mongolia WED 2013, que aseguraban, entre otras cosas, que, en caso de mantenerse el crecimiento de la demanda de alimentación actual, en el 2050 será necesario producir un 60 por ciento más de calorías de las que se consumen actualmente.

En este sentido, señala que, si se redujeran los actuales índices de malgasto de alimentos, se rebajaría la brecha existente entre la demanda alimentaria y la producción de alimentos en un 5 por ciento. Además, implicaría un ahorro mayor de agua, energía, pesticidas y fertilizantes y sería un impulso para la seguridad alimentaria a nivel global, según ha indicado.

"Aparte de todos los beneficios para el medio ambiente, la reducción de la tasa de desaprovechamiento de alimentos ayudaría a ahorrar tanto a las personas como a las compañías", según ha asegurado el director del Programa de Personas y Ecosistemas del WRI y co autor del estudio, Craig Hanson, que ha hecho especial hincapié en la necesidad mundial "urgente" de encontrar soluciones para alimentar a la población creciente y en la importancia que la reducción del desperdicio tiene para lograrlo.

Por su parte, el director ejecutivo del Programa de Medio Ambiente de Naciones Unidas, Achim Steiner, ha incidido en lo "extraordinario" del hecho de que "en pleno siglo XXI se desperdicien el 25 por ciento de las calorías de los alimentos, cuando para producirlas haya sido necesario el gasto de energía, agua, y terrenos" y ha recordado que esto se produce en un contexto de "creciente carestía de recursos debido al cambio climático".

En este sentido, ha asegurado que el informe aporta una serie de recomendaciones para lograr un "futuro más cooperativo y sostenible", que pasan por una combinación de "políticas inteligentes, conocimiento tradicional, ciencias modernas y sentido común".

Según Steiner, "desde los granjeros y las compañías de distribución, hasta los envasadores, hoteles, restaurantes y los mismos hogares tienen un papel importante que desempeñar" a fin de reducir la pérdida de más de 1.300 millones de toneladas de comida desperdiciadas y "maximizar el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo del Milenio, erradicar las desigualdades y sentar los cimientos de un camino más sostenible para el medio ambiente".