MADRID, 5 Ago. (EDIZIONES) -
Las frutas y verduras son beneficiosas para la salud durante todo el año, pero las altas temperaturas que se viven durante los meses de verano invitan a incorporarlas más a la dieta, preferentemente de forma fresca y nutritiva. Las verduras de temporada permiten disfrutarlas y al tiempo gozar de una buen alimentación.
Nos alimentamos mejor cuando comemos en consonancia con la naturaleza, según nos recuerda Frédéric Rouvez y Nicolas Steisel, fundadores de EXKi, una cadena belga de restaurantes 'healthy'. De ahí la importancia de aprovechar las verduras de temporada para comer de una forma más sana y saludable, destaca en 'Verduras de Temporada. Cocina al ritmo de las estaciones' (Lunwerg Editores).
Así, resaltan las que son las verduras de esta temporada, y por tanto, las más saludables para esta época:
Tomate: Es la estrella del verano. Su punto perfecto de maduración tiene lugar cuando al tocarlo está un poco blando. Destaca por su alto contenido en licopeno (antioxidante anticancerígeno) y su bajo contenido calórico (18 kcal por cada 100 gramos). En un 94% es agua. Le siguen los azúcares (3%). Rico en fibra, vitaminas y minerales, especialmente la vitamina C, la provitamina A y las vitaminas del grupo B.
Fresas: Contienen un 89,6% de agua. Destacan por su alto contenido en fibra. Son muy ricas en ácido ascórbico (antioxidante). Contienen hierro, calcio, yodo, potasio y magnesio. Su mejor momento es de enero a julio. Su color rojo se debe a las antocianinas (antioxidante). Son frutas que no conviene manipularlas en exceso y tampoco exponerlas al calor. Por su sabor dulce y aroma muy perfumado son deliciosas cuando se toman al natural, azucaradas, con zumo de naranja, yogur o nata, y también acompañadas de otras frutas. Se conservan mejor, y con todas sus propiedades, si no se quitan los tallos hasta el momento de su consumo, a continuación se lavan y se sirven.
Melocotón: procede de un árbol pequeño que parece un arbusto de dos a cinco metros, con tronco liso, tiene hojas lisas y verdes y no es muy frondoso. La nectarina, la fresquilla y la paraguaya son variedades del melocotón. En el mundo se cultivan 2.000 variedades. Tiene un aporte calórico muy bajo y una elevada cantidad de agua, así como un alto contenido en fibra. Es fuente de vitamina A, vitamina C o ácido ascórbico. Son ricos en potasio y magnesio también.
Albaricoque: se origina en un árbol más bien pequeño, entre 4 a 6 metros de altura, y además es muy productivo. Su flor es precoz y su fruto es una drupa casi redonda y con surco. Tiene un aporte calórico muy bajo y una elevada cantidad de agua, así como un alto contenido en fibra. Es fuente de vitamina A, vitamina C o ácido ascórbico. Son ricos en potasio y magnesio, en antioxidantes y betacarotenos. Tres piezas de albaricoque aportan la cantidad diaria recomendada de fruta que un adulto necesita.
Melón y Sandía: son plantas herbáceas de tallo rastreo, provisto de zarcillos y hojas. Su fruto son el melón y la sandía. Se caracterizan por su fuerte corteza y exquisita pulpa. El mejor momento para saborear estas frutas es en verano pero en invierno se disponen de la variedad tendral o el melón de invierno. Tienen un bajísimo contenido de calorías. En un 90% son agua. Ricos en vitamina A y E. Son laxantes y diuréticos.
Los melones de pulpa anaranjada son ricos en betacarotenos. Mientras, la sandía dispone de varios minerales alcalinos que la hacen muy apropiada para pacientes con problemas reumáticos. Cuenta con un amplio poder antioxidante gracias a que cuenta con una sustancia llamada licopeno (antioxidante anticancerígeno). Ideal para dietas hipocalóricas porque sólo cuenta con 20 calorías cada 100 gramos.
Pimiento: planta hervida que puede comerse tanto cruda, como hervida, asada, o pasada a la plancha. Tiene un alto contenido de betacaroteno y de vitaminas del grupo B2, además de vitamina E. Por su alto contenido en vitamina C y en vitamina B6 es fundamental para el desarrollo del sistema nervioso central y para la parte cerebral. También goza de grandes cantidades de licopeno (antioxidante anticancerígeno). Es ideal para embarazadas y niños. Es diurético y depurativo. Se usa mucho en dietas hipocalóricas.
Pomelo: Alrededor del 90 por ciento de su contenido es agua. Destaca por su contenido en vitamina C y ácido fólico, en carotenoides antioxidantes y en minerales de potasio y magnesio. Tiene menos calorías que otros cítricos, como la naranja o el limón. Es un regenerador del sistema inmunológico y de las células, aumenta las defensas del organismo, tiene un efecto laxante y mejora el tránsito intestinal.
Pepino: En muchos países se consume crudo, en rodajas y sazonado con salsa de nata y cebollino o con una vinagreta de limón. Tiene un bajo aporte calórico (13 calorías por cada 100 gramos) y pocos hidratos de carbono. Rico en fibra y en vitaminas A, B, C y E. Además, el 97% es agua. Es una hortaliza muy rica en potasio, hierro, calcio, fósforo y magnesio.
Calabacín: Deben preferirse siempre los más pequeños y firmes. Bajo en sodio, grasas y calorías. Destaca por sus propiedades suavizantes sobre el aparato digestivo. Rico en vitamina C, y vitaminas del grupo B como la B1, la B2 y la B6, pero en menores cantidades, así como en folatos, responsables de la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis del material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico. Es una buena fuente de potasio, además de presentar pequeñas cantidades de magnesio, fósforo y hierro.
Espinacas: Poco calóricas, aportan una buena cantidad de vitaminas C, K, y B9 (ácido fólico). Son ricas en minerales y en oligoelementos, como el magnesio, el manganeso, el cobre, el zinc, y el hierro.
Y la patata: Rica en hidratos de carbono complejos, en vitamina C, potasio y fibra. Controla la hipertensión y ayuda a aumentar la energía y a controlar los niveles de azúcar en la sangre.