Las mujeres que han sido acosadas pueden tener mayor riesgo de sufrir un ataque cardíaco o un derrame cerebral

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Publicado: martes, 12 agosto 2025 13:25

   MADRID, 12 Ago. (EUROPA PRESS) -

   Las mujeres que han experimentado acoso o que han obtenido órdenes de alejamiento tienen más probabilidades de sufrir un ataque cardíaco y/o un derrame cerebral en años posteriores en comparación con las mujeres que no han enfrentado estos eventos, según un nuevo estudio publicado en la revista 'Circulation'.

   El estudio dirigido por la investigadora asociada en epidemiología en la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard en Boston y en la Escuela de Población y Salud Pública de la Universidad de Columbia Británica en Vancouver (Canadá), Rebecca B. Lawn, analizó el acoso, las órdenes de alejamiento y el desarrollo de enfermedades cardíacas o accidentes cerebrovasculares entre 66.000 mujeres, con una edad promedio de 46 años en 2001. Estas mujeres no padecían enfermedades cardiovasculares en 2001, cuando compartieron por primera vez si habían experimentado acoso o habían obtenido una orden de alejamiento.

   En este sentido, casi el 12% de las mujeres del estudio informaron que habían sido acosadas, mientras que casi el 6% de ellas dijeron que habían obtenido una orden de alejamiento. Asimismo, alrededor del 3% de las mujeres estudiadas informaron haber tenido una enfermedad cardíaca o un accidente cerebrovascular de nueva aparición durante los 20 años que duró el estudio.

   Las mujeres que informaron haber experimentado acoso tenían un 41% más de probabilidades de tener enfermedades cardiovasculares en comparación con las que no habían sido acosadas. Igualmente, las mujeres que habían obtenido una orden de alejamiento tenían un 70% más de probabilidades de informar enfermedades cardiovasculares en comparación con las que no la habían obtenido.

   Asimismo, los riesgos de ataque cardíaco y accidente cerebrovascular asociados con el acoso y las órdenes de restricción se mantuvieron a pesar de la existencia de otros factores de riesgo cardiovascular autoinformados, como conductas de salud y estilo de vida, medicamentos, problemas de salud, abuso infantil y síntomas de depresión.

   En este sentido, los autores del estudio señalan que el vínculo entre el acoso y las enfermedades cardiovasculares puede deberse a la angustia psicológica, que puede alterar el sistema nervioso, el funcionamiento adecuado de los vasos sanguíneos y otros procesos biológicos; sin embargo, estos mecanismos potenciales no se examinaron en detalle en este estudio.

   Por ello, Lawn afirma que se necesita más investigación para los profesionales de la salud, así como para comprender el vínculo entre el acoso o la obtención de una orden de restricción y la salud cardiovascular de las mujeres. "También se necesita aumentar la conciencia sobre los posibles daños a la salud que puede causar la violencia y brindar ayuda y recursos a las mujeres", denuncia.

   Por otro lado, la expresidenta del Comité de Ciencias de la Salud de la Mujer en Cardiología Clínica y Accidentes Cerebrovasculares de la Asociación Estadounidense del Corazón, Harmony R. Reynolds, aunque no participó en el estudio, declara que los efectos del estrés pueden ser duraderos porque "es natural repensar las cosas que nos suceden, lo que nos hace experimentar la situación una y otra vez". Sin embargo, añade, que "el apoyo social puede mitigar los efectos del estrés, por lo que es útil contar con personas de confianza con quienes hablar, ya sean familiares, amigos, miembros de la comunidad o profesionales".

   "El acoso suele considerarse una forma de violencia que no implica contacto físico, lo que puede restarle gravedad", afirma Lawn. "Sin embargo, nuestros hallazgos sugieren que no debe minimizarse. El acoso puede ser crónico, y las mujeres a menudo informan cambios significativos en respuesta, como mudarse".

   Además, el estudio señala que investigaciones previas indicaron que "los antecedentes de violencia, incluido el acoso, son más comunes entre las mujeres de minorías raciales o étnicas y las de bajos ingresos". Sin embargo, las participantes eran en su mayoría mujeres blancas no hispanas, por lo que los hallazgos "podrían no ser aplicables a otras poblaciones o grupos de personas", reconocen los autores.

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