Los daños colaterales de los sofocos nocturnos

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Actualizado: jueves, 29 septiembre 2016 9:23

   MADRID, 29 Sep. (EUROPA PRESS) -

   La menopausia ocurre cuando los ovarios de una mujer dejan de producir estrógeno y otras hormonas y se detienen sus periodos menstruales, según la Red de Salud Hormonal. La transición tiene lugar gradualmente, por lo general durante más de cuatro o cinco años. Entre las mujeres estadounidenses, la edad promedio para que se produzca la menopausia es de 51 años.

Mediante el uso de un medicamento para simular la disminución de los niveles de estrógeno de una mujer durante la menopausia, los investigadores encontraron que la interrupción del sueño y una mayor frecuencia de los sofocos durante la noche percibidos se asocian con trastornos del estado de ánimo.

   Concretamente, la percepción de una mujer de que está experimentando un alto número de sofocos nocturnos puede desencadenar en síntomas leves de depresión durante la menopausia, según revela un nuevo estudio publicado en ‘Journal of Clinical Endocrinology & Metabolism’.

   "Cuando las mujeres estaban despiertas el tiempo suficiente como para recordar después los sofocos nocturnos, la percepción contribuyó a la alteración del estado de ánimo en las mujeres cuyos niveles de estrógeno habían caído", explica la autora del estudio, Hadine Joffe, del Hospital Brigham y de Mujeres y del Instituto del Dana Farber Cáncer de la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, en Boston, Massachusetts, Estados Unidos. "La asociación fue independiente de la interrupción del sueño que experimentaron las mujeres", añade.

   Participaron en el estudio un total de 29 mujeres sanas premenopáusicas, entre las edades de 18 a 45 años. Las mujeres tomaron un medicamento para suprimir la producción de estrógenos en los ovarios durante un periodo de cuatro semanas, un tratamiento que imita la menopausia e induce síntomas de menopausia en diversos grados de intensidad. Antes y después de cuatro semanas de duración, los científicos monitorearon los niveles de la hormona del sueño y de las participantes, las cuales completaron cuestionarios sobre salud mental al principio y al final del estudio.

LA PERCEPCIÓN DE LOS SOFOCOS, LA CULPABLE

   El estudio encontró que las mujeres que dijeron experimentar frecuentes sofocos durante la noche eran más propensas a experimentar síntomas leves de depresión que las que declararon sufrir menos o ningún sofoco durante la noche. Aunque los investigadores también analizaron a las mujeres en busca de signos fisiológicos de sofocos nocturnos durante el estudio del sueño, se encontraron con que la percepción de la frecuencia de los sofocos, no el número medido de sofocos que sufrieron durante la noche, estaba vinculado a los cambios de estado de ánimo.

   Las mujeres que experimentaron interrupciones del sueño también eran más propensas a mostrar síntomas de depresión que las que dormían más. Los sofocos durante el día no tuvieron un efecto sobre el estado de ánimo de las participantes.

   "Los resultados de nuestra investigación sugieren que las mujeres menopáusicas que dicen experimentar sofocos durante la noche e interrupción del sueño deben ser examinadas por posibles alteraciones del humor", propone Joffe. "Cualquier tratamiento de los síntomas del estado de ánimo en las mujeres como menopausia también debe incorporar esfuerzos para abordar el sueño y los sofocos durante la noche", añade