MADRID, 13 Mar. (EUROPA PRESS) -
La atrofia vulvovaginal puede llegar a ser bastante incómoda para la mujer menopáusica, y para aquella que se encuentra en el climaterio. De hecho, muchas consultan por sequedad, escozor, y molestias vaginales en esta etapa de la vida. En este artículo vamos a ofrecer alguna 'receta' que puede servir para mejorar esta situación de la mujer.
Y es que según defiende en una entrevista con Infosalus Alberta M Fabris, ginecóloga y fundadora de Zentro Empatía, la atrofia vulvovaginal tiene lugar como consecuencia de que se reduce, y después desaparece la producción de estrógenos a nivel ovárico, y para paliar sus síntomas no siempre es necesaria la medicación, sino que existen otras vías que pueden aliviar previamente sus síntomas.
"Normalmente, la mucosa vaginal o parte interna de los genitales femeninos es rosada, por el flujo sanguíneo, y por los estrógenos, aparte de que está humedecida por las secreciones vaginales. Pero con el climaterio, y después con la menopausia, poco a poco se va atrofiando, está más seca, y las mujeres notan molestias, como que la vulva está más blanquecina, más lisa y fina, que es más frágil y que se agrieta. La anatomía cambia y puede ser molesto", explica la doctora, al tiempo que resalta que, en consecuencia, son muchas las mujeres que cesan sus relaciones de pareja.
UN MOTIVO DE CONSULTA
Señala la doctora Fabris que, junto con los sofocos, supondría una de las razones por las que consultan. Aquí destaca que es importante pedir ayuda en estos casos y que ésta no tiene por qué ser siempre medicalizada, sino que hay otras opciones previas, como cambios en el estilo de vida, o de hábitos, que pueden mejorar esa sensación de sequedad tan inoportuna.
"Hay cambios en el estilo de vida, cosas que se pueden hacer que no son medicamentos y que pueden mejorar esa sensación de sequedad en la mujer. Tales como ejercicios de movilidad cadera y estiramientos, la gimnasia abdominal hipopresiva, el empleo de lubricantes como el aceite de coco o de aguacate ecológico para mantener hidratada la zona, tomar suplementos de espino amarillo; hay medicamentos obviamente también que pueden hacer que la mucosa esté más hidratada", reconoce la doctora Fabris.
Por otro lado, resalta que desde su consulta mucho hacen hincapié en la importancia de la actividad sexual y, por ejemplo, aconseja el empleo de vibradores o de estimuladores de la zona clitoriana en el tratamiento de la atrofia vulvovaginal. "Con ellos llega mucho estímulo nervioso a la zona, y la sangre se redirige hacia ahí, evitando que las zonas se hagan más pequeñas y se dé esa sintomatología de la atrofia vulvovaginal. El placer mejora nuestra salud vulvovaginal. No hay que olvidarlo", remarca la doctora Fabris.
En este sentido, lamenta esta experta que muchas mujeres ven normal el cese del sexo en la menopausia, que éste vaya desapareciendo: "Hay una cultura que relaciona la menopausia con el fin inevitable de que no haya placer y con que haya molestias. Pero si hablas con las mujeres y profundizas se les puede aconsejar porque esto no tiene por qué ser así. Hay muchas herramientas para mantener la vulva y la vagina 'vivas', o cambios en la vida sexual para seguir disfrutando si a una le apetece", zanja esta especialista del Zentro Empatía de Madrid.
Fabris ha escrito 'Señoras' (Arpa), junto con la farmacéutica y dietista-nutricionista Elena del Estal, con la sexóloga y psicóloga Adriana F.Caamaño, y con la fisioterapeuta y osteópata especializada en obstetricia y uroginecología Tania R.Manglano.