Las tres C del Alzheimer: hábitos sencillos para mejorar la calidad de vida

Archivo - Alzheimer, envejecimiento.
Archivo - Alzheimer, envejecimiento. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / BULAT SILVIA - Archivo
Infosalus
Publicado: miércoles, 17 septiembre 2025 14:54

   MADRID, 17 Sep. (EUROPA PRESS) -

   El neurólogo del Hospital Los Madroños, Iván Iniesta López, ha explicado que existen tareas cotidianas que pueden ayudar a ralentizar el avance de la enfermedad de Alzheimer, entre ellas se encuentran la realización de crucigramas, contar con compañía y caminar con regularidad.

   "En consulta lo llamo el tratamiento de las tres 'C': crucigramas, compañía y caminar. La primera nos obliga a pensar y supone una gimnasia mental, además de un reto necesario para mantenernos activos cognitivamente. Y quien dice crucigramas dice jugar al ajedrez o a los naipes, que además conlleva el componente social; la compañía, esencial también para el estado de ánimo del paciente; y la tercera, caminar, porque la práctica de ejercicio contribuye a enlentecer el deterioro cognitivo", comenta Iniesta.

   Este es uno de los aspectos relevantes sobre esta grave dolencia que ha recordado el neurólogo, junto con el Hospital Los Madroños, en el marco del Día Mundial del Alzheimer, que se celebra el próximo 21 de septiembre.

   El Alzheimer es la enfermedad crónica que mayor grado de dependencia genera en España. Según datos de la Sociedad Española de Neurología, cada año se diagnostican unos 40.000 casos nuevos de Alzheimer en España.

   La pérdida de memoria a corto plazo, junto con la capacidad para adquirir y retener nueva información, así como la de evocar aquella previamente aprendida, son habitualmente los primeros síntomas de la enfermedad de Alzheimer. Dichas situaciones vienen acompañadas a lo largo de la evolución de la enfermedad de un empobrecimiento del lenguaje, el olvido de tareas anteriormente aprendidas, e incluso el no reconocimiento de objetos y/o personas previamente conocidas.

   "A medida que avanza el deterioro, se producen cambios en el comportamiento de la persona, así como una pérdida de la autonomía y, en cierto modo, de la libertad del individuo, generándose una creciente dependencia para realizar actividades básicas del día a día tales como vestirse, asearse o cocinar", indica Iniesta.

DIFERENTES TRATAMIENTOS SEGÚN LA ETAPA DE LA ENFERMEDAD

   La colinesterasa es una enzima que ayuda al sistema nervioso a funcionar correctamente. Un efecto de la pérdida progresiva de neuronas que caracteriza a la enfermedad de Alzheimer es un descenso en los niveles de acetilcolina, que es un neurotransmisor importante para el buen funcionamiento del cerebro.

   Pese a que todavía no existe un tratamiento eficaz, los inhibidores de la colinesterasa pretenden prevenir la descomposición de la acetilcolina, incrementando la disponibilidad del neurotransmisor para las neuronas funcionantes. "Entre los conocidos como inhibidores de la colinesterasa encontramos el donepezilo, la galantamina y la rivastigmina, que están preferiblemente indicados para las fases iniciales de la enfermedad. En fases más avanzadas suele utilizarse la memantina, otro fármaco neuroprotector que actúa como antagonista sobre unos receptores del cerebro (NMDA) con el objetivo de mejorar la transmisión de las señales nerviosas.", explica Iniesta.

   En este punto, el experto ha recordado que están desarrollándose un grupo de fármacos dirigidos contra las placas de beta-amiloide que se acumulan en el cerebro enfermo y que son depósitos anormales de proteínas directamente implicadas, al igual que los ovillos neurofibrilares (unos conglomerados de proteínas anómalas) en el deterioro cognitivo propio de esta enfermedad. Lanzado en los Estados Unidos de América, Lecanemab está indicado en fases tempranas de la enfermedad y llegará próximamente a Europa.

   Al hilo, el neurólogo ha subryado que el diagnóstico de la enfermedad de Alzheimer es fundamentalmente clínico, si bien existen una serie de biomarcadores y pruebas complementarias fundamentales como apoyo para su estudio.

   "Es frecuente ver en consulta a pacientes que presentan fallos mnésicos, es decir, olvidos que no constituyen parte necesariamente de una enfermedad neurodegenerativa. Ante un paciente con problemas de memoria, conviene ante todo descartar enfermedades curables como la depresión, la ansiedad, así como otras afecciones sistémicas tales como el hipotiroidismo, el déficit de vitamina B12 o de ácido fólico, además de otras enfermedades del sistema nervioso potencialmente reversibles", concluye.

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