MADRID 18 Jul. (EUROPA PRESS) -
La suplementación nutricional oral mejora la condición de las personas mayores operadas de fractura de cadera para conseguir su recuperación funcional, según ha desvelado el estudio Irene, cuyos resultados han sido presentados en el marco del 64º congreso de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG).
Los resultados del estudio Irene han revelado que la intervención con el suplemento nutricional oral, específicamente el FontActiv HP HC fibra, de Laboratios Ordesa, demostró mejoras significativas en la nutrición y la recuperación muscular en ancianos desnutridos operados de fractura de cadera. Asimismo, la suplementación en pacientes hospitalizados con fractura de cadera podría disminuir el riesgo de complicaciones.
"El paciente que tomó el suplemento mostraba más posibilidades de recuperación en cuanto a fuerza, masa muscular y la función general. Esto demuestra que es importante cuando se habla de desnutrición, no solo considerar si el paciente recupera peso o los valores de la analítica, sino evaluar los cambios de composición corporal con bioimpedancia, ecografía y test funcional", ha explicado el jefe de servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Quirónsalud de Málaga y responsable de la Unidad de Nutrición en el Hospital Virgen de la Victoria de Málaga, José Manuel García Almeida.
Por su parte, los pacientes que mostraban desnutrición severa mostraron una respuesta muscular menos favorable, subrayando la importancia de una intervención nutricional temprana y de mayor intensidad en estos casos. "El aporte nutricional de proteínas y calcio puede ayudar a prevenir posibles fracturas de cadera y otras fracturas no vertebrales", ha destacado el presidente de la Sociedad Andaluza de Nutrición Clínica y Dietética (SANCYD), Pedro Pablo García Luna.
Según ha explicado el especialista en el Área de Geriatría del Hospital Clínico San Carlos Federico Cuesta, un porcentaje muy importante de pacientes ya están desnutridos o en riesgo de desnutrición antes del ingreso, lo que favorece las fracturas tras una caída. "Esta situación empeora en los primeros días del ingreso por la reducción de la ingesta debido al dolor y el estrés de la situación", ha comentado, algo que resulta contraproducente para la recuperación y la cicatrización tras la intervención.
Todo esto tiene una gran importancia si se tiene en cuenta que para el año 2034 se prevé un aumento del 30 por ciento en las fracturas por fragilidad, alcanzando un total estimado de 370.000 fracturas en España. En este contexto, la población anciana con fractura de cadera espontánea emerge como un grupo altamente vulnerable, con un 50 por ciento de ellos en riesgo de desnutrición y un 30 por ciento ya desnutridos previamente al ingreso.