La soledad y la convivencia agravan la salud de las personas cuidadoras mayores de 50 años, según un estudio

Archivo - La soledad y la convivencia agravan la salud de las personas cuidadoras mayores de 50 años, según un estudio
Archivo - La soledad y la convivencia agravan la salud de las personas cuidadoras mayores de 50 años, según un estudio - ISCIII - Archivo
Infosalus
Publicado: miércoles, 19 noviembre 2025 14:10

   MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -

   La soledad y la convivencia agravan la salud y calidad de vida de las personas cuidadoras mayores de 50 años, según un estudio del nstituto de Salud Carlos III (ISCIII) y la Red de Investigación en Cronicidad, Atención Primaria y Promoción de la Salud (RICAPPS) que analiza las características sociodemográficas y de salud.

   Los resultados, que se han publicado en la revista 'Scientific Reports', señala que una de cada cinco personas mayores de 50 años en España realiza cuidados informales, lo que confirma la enorme dependencia del sistema hacia el apoyo no remunerado.

   Según explica la primera autora, Amaya Bernal, de la Escuela Nacional de Sanidad de Instituto de Salud Carlos III, este trabajo recae mayoritariamente en mujeres, tanto entre las cuidadoras no residentes (13%) como entre las residentes (6%). Además, presentan peor salud física y mental y menor calidad de vida, lo que evidencia la necesidad de apoyos específicos y urgentes.

   Las personas cuidadoras residentes, es decir, aquellas que conviven con la persona cuidada se ha concluido que son de mayor edad, presentan peor salud percibida con un mayor consumo de medicación y referían mayores niveles de depresión y peor calidad de vida que aquellas que se definían como cuidadores no residentes o no cuidadoras.

   Además, la soledad tuvo un impacto especialmente negativo en su bienestar, así entre las personas que se sienten solas, las cuidadoras residentes son las que presentan los niveles más bajos de calidad de vida. Por el contrario, las cuidadoras no residentes eran significativamente más jóvenes y mantenían mayor autonomía para decidir cuándo cuidar, lo que facilita el acceso a actividades de ocio.

   El estudio ha incluido a 2.096 personas (904 hombres y 1.192 mujeres), con una edad media de 74,5 años de los que: 81% no eran cuidadores, 13% eran cuidadores no residentes, 6% cuidadores residentes. El perfil más frecuente es el de una mujer (66% entre las no residentes y 75% entre las residentes), con pareja y un promedio de dos hijos que cuidan como no residentes, sobre todo, a sus padres (43%) y a otros familiares o amigos (46%) y, como residentes, a sus parejas (56%) o hijos (20%).

   En el cuidado, las no residentes realizan tareas domésticas o personales (80%) y, tan sólo el 20% refieren las tareas burocráticas como parte de sus tareas. Implicaciones para la salud pública Las autoras destacan que las personas cuidadoras residentes, frecuentemente cónyuges, asumen una carga más intensa y con menos libertad para elegir, lo que limita la participación social y el ocio. Por ello, subrayan que "es prioritario intervenir sobre las cuidadoras residentes, dado su peor estado de salud y su menor calidad de vida y abordar la soledad".

Contador

Contenido patrocinado