La septicemia en los ancianos: ¿mayor riesgo de muerte?

Hombre, hospital, enfermo
GETTY - Archivo
Publicado: miércoles, 29 mayo 2019 8:14

    MADRID, 29 May. (EDIZIONES) -

   La sepsis es una enfermedad con una prevalencia y mortalidad elevadas, según alerta la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG). Además, esta sociedad científica subraya que se puede considerar como una enfermedad emergente, con un aumento de un 8,7 por ciento de casos al año.

   "Este aumento de incidencia se debe, fundamentalmente, al aumento de los pacientes de edad avanzada e inmunodeprimidos, al mayor número de procedimientos invasivos que se realizan y, en menor grado, al aumento de la resistencia a antibióticos por parte de los microorganismos", indica.

   De hecho, alerta de que, a día de hoy, la sepsis o septicemia, que son lo mismo, presenta una mayor mortalidad que el infarto agudo de miocardio, y que algunas neoplasias malignas como el cáncer de mama, de páncreas, de próstata, de colon y de recto.

   En este sentido, la jefa de Medicina Interna del Hospital Universitario de Torrejón (Madrid), la doctora María José García Navarro, explica que la sepsis tiene lugar cuando un proceso infeccioso del origen que sea (respiratorio, urinario, abdominal, por ejemplo) produce una afectación grave al paciente, de tal manera que puede dañar la función de algunos órganos clave como el hígado, o los riñones, por ejemplo.

   En el caso concreto de los ancianos, la doctora García Navarro destaca que la incidencia de sepsis es 13 veces mayor entre los mayores de 65 años (unos 26 casos por cada 1.000 habitantes). En el caso de pacientes institucionalizados (que viven en residencias o centros socio-sanitarios), esta cifra se incrementa hasta 10-20 infecciones por cada 100 residentes y mes.

   Entre los síntomas generales de la septicemia, la especialista apunta a la fiebre alta, al malestar general, a la desorientación, a la tensión arterial baja, al pulso cardiaco rápido, a la frecuencia respiratoria alta, a la disminución de la cantidad de orina, o a la frialdad en manos y pies, por ejemplo; aparte de los síntomas específicos del foco de la infección que haya ocasionado la fiebre.

   Según precisa la jefa de Medicina Interna, el origen más frecuente es la infección en el tracto urinario, después las infecciones abdominales, la neumonía y las infecciones cutáneas; todo por ese orden. "El foco de origen abdominal es significativamente más frecuente en ancianos que en pacientes más jóvenes. Su mortalidad oscila entre el 35 y el 45%", remarca la especialista del Hospital Universitario Torrejón de Ardoz.

MÁS PARTICULARIDADES DE LA SEPSIS EN LOS ANCIANOS

    En cuanto a las particuliaridades de esta enfermedad en los ancianos, la experta indica que los pacientes de edad avanzada con sepsis tienen con más frecuencia, y con respecto a la población en general, más enfermedades crónicas, un hecho que puede favorecer el desarrollo de infecciones, y posteriormente condicionar el pronóstico.

   "Tienen un sistema inmunitario más débil; toman habitualmente fármacos que pueden modificar la respuesta a la infección; algunos están institucionalizados, lo que supone una exposición mayor a gérmenes, que además tienen más resistencias; o tienen índices nutricionales alterados", describe la doctora.

   A su vez, la doctora explica que es más difícil detectar una sepsis en la población anciana porque la expresividad de los síntomas es menor, y la presentación es atípica. "En ocasiones puede no aparecer fiebre por los cambios en la termorregulación que se sufren en estas edades. Además, es frecuente encontrar pacientes con infecciones urinarias que no tienen molestias al orinar y, sin embargo, están muy desorientados o se niegan a comer", añade.

   Igualmente, sostiene que muchos ancianos presentan deterioro cognitivo y no son capaces de hacer un relato correcto de los síntomas, ni tampoco colaboran en la exploración. Asimismo, precisa que, en ocasiones, los fármacos que toman pueden ocultar los síntomas. "Todo ello puede asociarse a un retraso en el diagnóstico, y por tanto en el tratamiento que incide en el pronóstico", resalta la doctora García Navarro.

   En concreto, la tasa de mortalidad de la sepsis en ancianos oscila entre un 35 y un 45%. Según lamenta, este segmento de población presenta con más frecuencia cuadros de shock séptico, que es una sepsis grave, y que por tanto conlleva una mayor mortalidad. "Los gérmenes con frecuencia tienen mayores resistencias, son más agresivos, y el sistema inmunitario de estos pacientes es más débil. Además, hay que contar con el posible retraso del diagnóstico que ya hemos comentado", agrega.

   Sobre el futuro de aquellos ancianos que logren superar esta enfermedad, la jefa de Medicina Interna del Hospital de Torrejón de Ardoz avanza que cualquier enfermedad grave que conlleve hospitalización o encamamiento implica a su vez un importante deterioro funcional.

   "La recuperación es más lenta y la mortalidad de estos pacientes tras el alta médica, en el siguiente año, es significativamente mayor. Los pacientes con insuficiencia cardiaca crónica tienen peor pronóstico. La causa más frecuente de mortalidad en los siguientes meses es el fracaso respiratorio y el fracaso renal", sentencia la doctora.