MADRID, 16 Oct. (EUROPA PRESS) -
Un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos), y que ha sido publicado en el 'Journal of Alzheimer's Disease', ha puesto de manifiesto que rigidez arterial puede ayudar a predecir el riesgo de demencia.
Como los medicamentos antihipertensivos pueden reducir la rigidez arterial y, probablemente, también las intervenciones en el estilo de vida, estos hallazgos sugieren que los pacientes en riesgo pueden tener el poder de prevenir o retrasar la aparición de la demencia.
"A medida que las arterias grandes se vuelven más rígidas, su capacidad para amortiguar el bombeo de sangre del corazón disminuye y eso transmite una mayor fuerza pulsante al cerebro, lo que contribuye al daño cerebral silencioso que aumenta el riesgo de demencia", ha explicado la autora principal del trabajo, Rachel Mackey.
Para alcanzar esta conclusión, los investigadores analizaron durante 15 años la asociación entre la rigidez arterial y la demencia entre 356 adultos mayores, con una edad media de 78 años, que formaron parte del Estudio de Cognición del Estudio de la salud cardiovascular (CHS-CS), un trabajo a largo plazo para identificar los factores de riesgo de demencia.
Todos los participantes incluidos en el presente estudio estaban libres de demencia cuando comenzó el estudio, en el año 1998. Durante este mismo período, los científicos probaron su rigidez aórtica y les sometieron a exámenes de resonancia magnética cerebral. Así, encontraron que aquellos con la rigidez arterial más elevada tenían un 60 por ciento más de riesgo de padecer demencia en los próximos 15 años.
"Esperamos que la rigidez arterial aumente el riesgo de demencia en parte al aumentar el daño cerebral subclínico. Sin embargo, en estos adultos mayores, la rigidez arterial y los marcadores de daño cerebral subclínico parecen estar relacionados de forma independiente con el riesgo de demencia", han añadido los expertos.