MADRID, 21 Ene. (EUROPA PRESS) -
El Hospital Universitario Rey Juan Carlos de Madrid ha puesto en marcha, junto a los centros de salud de la Dirección Asistencial Oeste y las residencias de su ámbito de influencia, un programa para prevenir y controlar las infecciones urinarias en personas mayores.
Se trata de una serie de sesiones formativas para afrontar la sobreutilización de tratamientos antibióticos y las resistencias antibióticas en la infección del tracto urinario (ITU) de pacientes institucionalizados.
Y es que, la mayoría de las ITU son asintomáticas, aunque los episodios sintomáticos contribuyen a su morbilidad y suponen un importante problema, siendo la causa más común de prescripción de antibióticos en estas personas y responsable del inicio de entre el 20 y el 60 por ciento de los tratamientos con antibióticos; su uso recurrente, o no completar las dosis de antibiótico prescritas contribuye a la resistencia de los gérmenes a los antibióticos, observada en los estudios realizados sobre los organismos aislados en mayores institucionalizados.
LAS MANOS, PRINCIPAL VÍA DE TRANSMISIÓN
En este sentido, las manos son la principal vía de transmisión de gérmenes durante la atención sanitaria por lo que el lavado de manos es la medida más importante para evitar la transmisión de gérmenes perjudiciales y evitar las infecciones.
Por ello, el hospital, a través de la Dirección de Continuidad Asistencial, y la Dirección Asistencial Oeste de Atención Primaria, han organizado, junto a los profesionales de las residencias de su ámbito de influencia, una serie de sesiones conjuntas en los Centros de Salud de la zona, el último de los cuales tuvo lugar en San Martín de Valdeiglesias el pasado jueves 14 de enero.
En este Centro de Salud se reunieron profesionales médicos y de enfermería de todos los niveles y responsables de la atención al paciente mayor, para revisar las medidas de prevención de transmisión, la bacteriuria asintomática, los problemas del sondaje vesical, la indicación del cultivo de orina, la prescripción empírica del antibiótico según las resistencias del área, el tiempo de tratamiento adecuado y sobre todo la necesidad de una adecuada política antibiótica.
Con estas medidas, se ha conseguido racionalizar en pocos meses el uso de antibióticos y fomentar las medidas higiénicas de lavado de manos, mejorando la atención a los mayores de forma coordinada entre todos los profesionales.