MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -
El programa RESIFAP, de revisión de tratamientos en pacientes institucionalizados, llevado a cabo durante un año en 23 residencias privadas en el Norte y Noreste de Madrid, ha logrado ahorrar 36.482 euros en fármacos bajo el liderazgo de farmaceúticos de atención primaria (FAP).
Este tipo de programas surgen a raíz de los posibles problemas de seguridad relacionados con el gran número de medicamentos que toma la población de edad avanzada de estos centros, que presenta múltiples patologías, según ha explicado uno de los coordinadores del programa RESIFAP y miembro de la Sociedad Española de Farmacéuticos de Atención Primaria (SEFAP), Rafael Aguilella Vizcaíno.
"Poner en marcha programas de revisión de tratamientos en esta población institucionalizada debería ser una de las medidas prioritarias del abordaje del paciente anciano, porque además se alinea con la estrategia para el abordaje de la cronicidad en el Sistema Nacional de Salud", ha resaltado.
En esta iniciativa han participado 50 médicos de familia y 24 médicos de las residencias. En este sentido, Aguilella ha destacado el papel del FAP en la coordinación de los médicos de los dos ámbitos (residencia y AP) y en el proceso de decisión final de los tratamientos más adecuados para los pacientes, ya que si bien los médicos privados de las residencias conocen la situación del paciente en el día a día, las prescripciones de los medicamentos corren a cargo los médicos del Sistema Nacional de Salud.
Mediante RESIFAP, los farmacéuticos de atención primaria buscan revisar los tratamientos de los pacientes institucionalizados para realizar un informe con una serie de recomendaciones que optimicen los tratamientos, poniendo el foco en la seguridad pero también en la efectividad de los mismos.
"Tres de cada cuatro recomendaciones realizadas por el FAP fueron aceptadas en las reuniones clínicas que manteníamos con los médicos de los dos ámbitos, un dato del que estamos muy satisfechos y que denota que nuestras recomendaciones son bienvenidas por los médicos y conllevan cambios en los pacientes", ha señalado Aguilella Vizcaíno.
En los pacientes revisados dentro del programa se detectaron un "número importante" de posibles problemas relacionados con la medicación, sobre todo aquellos con una duración mayor a la recomendada, el uso de medicamentos sin una indicación clara o fármacos que podrían ser sustituidos por alternativas más seguras, y el exceso de psicofármacos. Además, en un gran número de casos la medicación pautada en la residencia no coincidía con la prescripción en la receta electrónica de los pacientes.
"Esto último nos preocupa bastante porque si el paciente ingresa en un hospital, la medicación oficial que consta que está tomando es la de la receta electrónica, por lo que es fundamental que esta información siempre esté actualizada", ha alertado el miembro de SEFAP.
En este sentido, los profesionales han aportado recomendaciones para ajustar las dosis de fármacos (sobre todo frente a la insuficiencia renal), iniciar tratamientos que estuvieran ausentes y facilitar la toma la medicación en pacientes con trastornos de deglución.
Además, se ha desarrollado una herramienta que permite estimar el impacto económico de estas medidas durante el año, que gracias a las recomendaciones aceptadas ascendió a 36.482 euros.
Finalmente, Aguilella ha concluido que este proyecto debería generalizarse en todo el territorio nacional, porque "redundaría, además de en un aumento considerable en la seguridad del paciente y en la efectividad de los tratamientos, en un uso más adecuado de
los recursos públicos".