MADRID, 23 Nov. (EUROPA PRESS) -
La pérdida de audición (hipoacusia) en personas mayores se asocia con un deterioro de la función física, síndrome de fragilidad y discapacidad en las actividades instrumentales de la vida diaria, según determina un trabajo desarrollado por investigadores del CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP), de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), el Hospital Universitario Donostia y del Hospital Universitario Ramón y Cajal, con la colaboración del Instituto Madrileño de Estudios Avanzados (IMDEA) Alimentación.
La investigación, publicada en 'JAMA Otolaryngology-Head & Neck Surgery', determina que, si la pérdida de audición contribuye de manera significativa a la fragilidad, el tratamiento adecuado puede retrasar el deterioro físico y la muerte y conseguir un envejecimiento más saludable. En total se han analizado los datos de 1.644 participantes mayores de 65 años en el estudio español ENRICA Senior-2.
Según explica el investigador del CIBERESP en la UAM Humberto Yévenes, estudiante predoctoral en el Departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la UAM y primer firmante del trabajo, los resultados "evidenciaron una alta prevalencia de pérdida de audición que se acentuaba aún más cuanto más alta era la frecuencia estudiada" y observaron "en paralelo el deterioro de las capacidades instrumentales de la vida diaria, de la función física y el aumento de la fragilidad".
El también investigador del CIBERESP Francisco Félix Caballero, segundo firmante del trabajo, precisa que "es necesaria más investigación en la materia, porque si se determina que la pérdida de audición es un marcador de fragilidad, se debe considerar una revisión médica para detectar un posible estado frágil".
Asimismo, la profesora de la UAM Esther López-García, autora senior del trabajo comenta que "existen varias vías potenciales que relacionan la pérdida auditiva con la función física, ya que la función vestibular es responsable del equilibrio. Además, las asociaciones encontradas pueden indicar que otros mecanismos biológicos comunes pueden estar dañados".
Diversas investigaciones en la materia sugieren, asimismo, que la pérdida de audición y la fragilidad relacionadas con la edad, así como la cognición, comparten vías fisiopatológicas y que el uso de dispositivos auditivos podría aliviar la fragilidad. Sin embargo, la evidencia científica no es concluyente, de ahí la importancia de este estudio y sucesivos.