MADRID, 9 Ene. (EUROPA PRESS) -
Expertos de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) han recomendado a las personas mayores no utilizar braseros en invierno por el riesgo de contraer enfermedades víricas como consecuencia del cambio brusco de temperatura que originan.
"En cuanto sales de estar en contacto con el brasero el cambio de temperatura es muy fuerte por lo que aumenta el riesgo de contraer enfermedades víricas. Además de que producen varices en las piernas porque la sangre se concentra en las extremidades inferiores, lo que produce que al levantarse se produzcan mareos e hipotensión ortostática y puede desembocar en una leve pérdida de conciencia y posibles caídas", ha explicado el geriatra Javier Gómez Pavón.
Ahora bien, son los ancianos con problemas cardiovasculares, respiratorios y neurodenegenerativos, como pudieran ser demencias los que más precauciones deben tomar ante la llegada del frío para evitar este tipo de patologías.
Y es que, el sistema de adaptación a los cambios de temperatura en estos pacientes es el que está "más dañado", lo que contribuye a que su sistema inmunitario se defienda peor ante el frío y pueda dar lugar a un catarro que se convierta en una gripe y la persona mayor acabe ingresando en el hospital.
Por otro lado, el geriatra ha recordado que casi dos millones de personas mayores viven solos en España, muchos de ellos desatendidos, recibiendo tan solo una visita mensual de alguien conocido. Una situación que, tal y como ha advertido, conlleva que en muchos casos nadie se entere si tienen frío o han caído enfermos debido a las bajas temperaturas.
Con el fin de evitar estas situaciones y, por ende, las enfermedades víricas, el doctor ha destacado la necesidad de que los mayores estén siempre acompañados y, además, ingieran vitaminas del grupo C y la vitamina D, y un menú rico en legumbres y frutas, acompañado de carne y pescado.