MADRID, 22 Dic. (EUROPA PRESS) -
La Fundación Pasqual Maragall ha recomendado una serie de consejos prácticos para celebrar la Navidad con una persona con Alzheimer, como, por ejemplo, evitar los grandes cambios, ruidos y movimientos, puesto que las rutinas "son muy positivas" en los pacientes.
"Celebrar la Navidad con una persona con Alzheimer puede ser una combinación de sentimientos contradictorios, como la alegría y el optimismo, con otros como la melancolía y la tristeza. Además, debemos tener en cuenta que las rutinas son muy positivas para las personas con Alzheimer, sin grandes cambios, ruidos ni movimientos en su vida diaria, hecho que convierte a las fiestas de Navidad en unas fechas a menudo complicadas para familiares cuidadores que deben saberse gestionar", ha aconsejado la psicoterapeuta de la Fundación, Sandra Poudevida.
En primer lugar, recuerdan que el objetivo principal es evitar el contagio de las personas con Alzheimer, por lo que sugieren buscar formas diferentes de celebrar la Navidad, en caso de tener que hacerlo de manera separada. "Es importante focalizarse en lo que ganamos y no en lo que perdemos, poniendo en valor el camino recorrido y capacidades adquiridas como la fortaleza, la tenacidad, la flexibilidad o la resiliencia. El punto de vista y la interpretación de la realidad son clave para mantener el optimismo y la alegría", ha expuesto la experta.
En el caso de tener que viajar, Sandra Poudevida sostiene que en la fase leve de la enfermedad no hay inconveniente pero en una fase más avanzada no es recomendable porque los cambios bruscos de rutinas pueden generar confusión y desorientación para la persona afectada. Sin embargo, si el viaje es inminente, aconseja continuar con los horarios de la persona con Alzheimer; facilitar el proceso de adaptación al nuevo entorno; y contar con sistemas de geolocalización por si la persona sale a pasear sola.
Para los casos que se celebren las fiestas en familia, la Fundación considera importante avisar a los asistentes del estado actual de la persona con Alzheimer; implicar a los niños en las celebraciones por su alegría; y adecuar un espacio de descanso.
Por último, si el cuidador tiene que pasar las fiestas con el paciente, se recomienda hacerle partícipe de los preparativos.
