MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -
La Sociedad Española de Geriatria y Gerontología (SEGG) alerta de que las personas mayores de 65 años son un grupo de alto riesgo cuando suben las temperaturas y se producen olas de calor ya que, entre otras cuestiones, suelen protegerse menos al tener una percepción reducida de calor y una sensación de sed.
El riesgo de deshidratación es especialmente mayor en los mayores que sufren una enfermedad neurodegenerativa, sobrepeso, enfermedades crónicas o tienen medicación, así como en los casos en los que la dependencia física dificulta el cambio de vestimenta, y la
adaptación del entorno.
El golpe de calor se produce cuando la temperatura del cuerpo rebasa los 41 grados ya que se produce una hipertermia, superando los mecanismos de regulación térmica de los que dispone el organismo y originando el golpe de calor, situación en la que "el organismo ya no puede responder a las altas temperaturas con repercusiones tan graves que podría llevar a un fracaso orgánico irreversible".
Por ello, recuerdan los geriatras, es importante saber detectar los síntomas de la hipertermia, tales como dolor de cabeza, sensación de boca seca y pastosa, náuseas, vómitos, mareos, escalofríos, piel seca y enrojecida, calambres musculares en brazos, piernas o vientre, desorientación, pérdida de conciencia o confusión y no sudoración ante las altas temperaturas.
El principal mecanismo ante un incremento de la temperatura corporal es una dilatación de los pequeños vasos periféricos para favorecer el paso de la sangre por la piel. Esto, unido a un aumento de la sudoración, hace que se pierda calor por evaporación, lo que puede llevar a una perdida importantísima de líquidos que repercute a nivel de los distintos órganos (riñón, corazón, cerebro, etcétera).
Si esta situación no se corrige a tiempo y progresa, se pierde la capacidad de sudoración y la piel presenta un aspecto seco y enrojecido, la temperatura corporal asciende progresivamente hasta
cifras que superan los 40 grados, entrando en hipertermia y, si este proceso continúa, se llega a una situación de 'shock' en la que sucede un fallo de los distintos órganos, convulsiones y coma.
PEOR SI HAY OTRAS COMORBILIDADES
Además, estos casos se ven dificultados por la comorbilidad que puede provocar confusión con otros procesos como la fiebre, la alteración del estado mental más frecuente en el anciano o taquicardias.
Para prevenirlos, la SEGG ha elaborado una serie de recomendaciones para prevenir la hipetermia, entre lo que recomiendan tomar muchos líquidos (agua, infusiones o zumos de frutas, y aunque no se tenga la sensación de sed) y evitar el consumo de bebidas alcohólicas, realizar comidas ligeras.
También aconsejan evitar la exposición al sol cuando las temperaturas son elevadas, sobre todo en las horas de mayor intensidad (12-16 horas) y con una humedad relativa alta (mayor del 60 por ciento); no realizar ejercicio ni deportes que aumenten el esfuerzo y la sudoración en momentos de calor; mantener la casa fresca y ventilada; no permanecer en vehículos estacionados o cerrados; evitar llevar ropa ajustada y elegir tejidos ligeros, como el algodón y de colores claros, preferentemente; y usar sombreros o gorras que protejan la cabeza del sol.