MADRID, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -
Expertos de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, han descubierto que los síntomas dolorosos y debilitantes sufridos por los enfermos de artrosis están intrínsecamente vinculados al reloj del cuerpo humano. El estudio, dirigido por Qing-Jun Meng, investigador senior de 'Arthritis Research UK', podría en los próximos años allanar el camino para el tratamiento farmacológico de este trastorno de las articulaciones que afecta a ocho millones de personas en Reino Unido.
Los resultados de esta investigación, financiados conjuntamente por 'Arthritis Research UK' y el Consejo de Investigación Médica (MRC, por sus siglas en inglés) de Reino Unido, se publican este lunes en la revista 'Journal of Clinical Investigation'. "A pesar de los grandes esfuerzos de médicos y científicos, entendemos poco la artrosis: por desgracia, el alivio del dolor y la cirugía de reemplazo de articulaciones parecen ser la única opción para los pacientes", dice Meng.
"Así que la posibilidad de un tratamiento fundamental es muy emocionante, a pesar de que sigue estando probablemente años de distancia", afirma el doctor Meng, quien descubrió que los relojes biológicos dentro de las células del cartílago -o condrocitos-- controlan miles de genes que promueven diferentes actividades biológicas en distintos momentos del día.
Este experto detectó que el reloj del cuerpo controla el equilibrio entre el momento en el que las células de condrocitos se reparan durante el reposo y cuando se usan a lo largo de la actividad. Su investigación reveló que a medida que las personas envejecen, sus relojes biológicos de células de cartílago se deterioran, haciendo la función de reparación insuficiente, lo que puede contribuir a la artrosis.
El equipo de Meng examinó tres tipos de cartílago humano bajo el microscopio: normales, ligeramente afectados por la artrosis y severamente afectados. A medida que la artrosis se hizo más grave, el número de células que expresan BMAL1 --una proteína que controla el reloj del cuerpo-- fue cada vez menor.
Y en términos de envejecimiento, los autores vieron una reducción similar de BMAL1 en los condrocitos, lo que coincidió con la reducción de la 'amplitud' del reloj corporal (hasta un 40 por ciento más débil en los ratones más viejos), apoyando la teoría de que el envejecimiento, al menos parcialmente a través de la desregulación de los relojes de los condrocitos, es un importante factor de riesgo para la artrosis.
La inflamación crónica es otro factor que puede elevar el riesgo de contraer la enfermedad, según el doctor Meng. En un estudio estadounidense en ratones en el que participó a principios de año, la inversión semanal del ciclo de oscuridad-luz, una situación que simula al trabajo por turnos o un desfase horario grave, podría también alterar el cuerpo haciendo de la enfermedad más que un riesgo.
"Ahora hemos identificado un vínculo entre el reloj del cuerpo humano y la artrosis, lo que podría abrir la posibilidad de medicamentos que reinicien el mecanismo del reloj corporal. Los científicos ya están desarrollando fármacos que pueden actuar de esta manera para otros trastornos. Ahora, la artrosis puede ser parte de este esfuerzo", augura este experto.
"Pero hay otros enfoques relacionados con el reloj corporal que pueden ayudar a los enfermos de artrosis: comer y hacer ejercicio de manera regular cada día también es algo que creemos que es una buena idea. El uso de almohadillas de calor que generan cambios de temperatura corporal cerca del tejido cartilaginoso --que son también gobernados por el reloj corporal, son potencialmente útiles", recomienda.
El profesor Ray Boot-Handford, también autor de este estudio, agrega: "Este estudio, a cargo de un equipo internacional dirigido por el doctor Meng, demuestra el importante papel que el reloj del cuerpo desempeña en mantener nuestras articulaciones saludables. Los resultados abren nuevas vías para la comprensión y el desarrollo de tratamientos para la artrosis".
Stephen Simpson, director de los programas de investigación y en 'Arthritis Research UK', subraya: "Muchas personas con artritis ven que sus síntomas empeoran a ciertas horas del día y los resultados de este estudio interesante y emocionante revelan una base biológica probable de este efecto".
"Es importante entender el papel que el ritmo circadiano del cuerpo (nuestro reloj biológico incorporado) tiene en el mantenimiento saludable del tejido de las articulaciones y cómo las interrupciones de este proceso podrían contribuir al desarrollo de la artrosis. Una actividad muy interesante es que puede ser posible utilizar esta nueva información para mejorar los tratamientos y el alivio del dolor para los millones de personas afectadas por esta enfermedad debilitante", concluye.