MADRID, 19 Jun. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Otago (Nueva Zelanda) han descubierto algunos de los secretos de la longevidad gracias a nuevas investigaciones que revelan que el no fumar y estar socialmente activo a lo largo de la vejez son rasgos comunes de las personas con más de cien años en este país de Oceanía.
"Elegir no fumar y comprometerse a mantener las redes sociales será la mejor inversión que se puede hacer para envejecer con éxito", explica el líder de la investigación, Yoram Barak. Ser socialmente activo significa salir de casa e interactuar con la gente, ya sea visitando a los amigos, haciendo voluntariado o participando en actividades como asistir a un concierto o jugar al golf.
Los investigadores examinaron los datos relativos a 292 personas centenarias que estaban libres de enfermedades crónicas comunes como la diabetes, la depresión, la demencia y la hipertensión. También incluyeron información relativa a otras 103.377 personas mayores de 60 años. Todas estas personas vivían en alojamientos privados en la comunidad y no en residencias para ancianos.
Los resultados mostraron que el compromiso social de los participantes, por el que participan en actividades sociales de interés a largo plazo, era similar en todos los grupos de edad. Las tasas de depresión y diabetes disminuyeron constantemente con el aumento de la edad y las tasas de demencia se redujeron después de los 80 años. Las tasas de hipertensión aumentaron casi un 30 por ciento entre los 60 y los 100 años de edad.
Hay pruebas de que el ejercicio mejora la salud y la duración de la vida, pero en este estudio la mayoría de los participantes tenían un perfil similar de actividad física y no hubo suficiente difusión de la duración o intensidad de las actividades físicas para poner a prueba los efectos sobre el envejecimiento. Sin embargo, entre los encuestados, los grupos con mayor actividad física tenían el menor riesgo de demencia.
Las personas centenarias tenían más probabilidades de ser mujeres (75%) y en cualquier grupo de edad, las mujeres tenían más probabilidades de estar libres de las enfermedades crónicas comunes mencionadas anteriormente.
"Las mujeres tienen una mayor esperanza de vida y, por lo tanto, tienen más probabilidades de estar representadas en los estudios centenarios. Sin embargo, tras corregir esta ventaja, los hombres que llegan a los 100 años de edad tienen más probabilidades de estar libres de enfermedades comunes", argumenta Barak.