MADRID, 10 Sep. (EUROPA PRESS) -
Como principal causa de demencia a nivel mundial, la enfermedad de Alzheimer representa una creciente crisis de salud pública. Esta enfermedad se caracteriza por la acumulación de proteínas anormales en el cerebro, llamadas beta amiloide y tau, que se manifiestan años antes de la aparición de los síntomas clínicos y pueden detectarse mediante tomografías por emisión de positrones (TEP).
Los tratamientos dirigidos a estas proteínas presentan una eficacia limitada, lo que indica que otros factores podrían contribuir al deterioro cognitivo.
Los niveles elevados de hierro en el cerebro son un factor que se ha investigado en los últimos años. Se sabe que la sobrecarga de hierro en el cerebro impulsa la neurodegeneración al inducir estrés oxidativo (un desequilibrio entre dos tipos de moléculas en el organismo: radicales libres y antioxidantes), lo que agrava la toxicidad amiloide, altera la función de la proteína tau y promueve la muerte de las células nerviosas.
DETECTANS NIVELES DE HIERRO EN DIFERENTES REGIONES DEL CEREBRO
Una técnica especial de resonancia magnética que detecta los niveles de hierro en diferentes regiones del cerebro puede predecir la aparición de deterioro cognitivo leve y deterioro cognitivo en adultos mayores sin deterioro cognitivo, según un estudio de la Universidad Johns Hopkins (Estados Unidos).
Los resultados se publican en 'Radiology', una revista de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA) y señalan que esta podría ser una vía hacia intervenciones más tempranas.
El hierro cerebral se puede medir de forma no invasiva a través de una técnica especial de resonancia magnética llamada mapeo de susceptibilidad cuantitativa (QSM, por sus siglas en inglés).
"QSM es una técnica avanzada de resonancia magnética (RM) desarrollada durante la última década para medir la susceptibilidad magnética tisular con alta precisión", explica el autor principal del estudio, el doctor Xu Li, profesor asociado de Radiología en la Universidad Johns Hopkins e investigador asociado del Centro de Investigación FM Kirby para Imágenes Funcionales del Cerebro en el Instituto Kennedy Krieger en Baltimore, Maryland.
"QSM puede detectar pequeñas diferencias en los niveles de hierro en diferentes regiones cerebrales, lo que proporciona un método fiable y no invasivo para mapear y cuantificar el hierro en pacientes, algo imposible con los métodos convencionales de RM.
ESTUDIO EN 110 PACIENTES
El doctor Li y sus colaboradores estudiaron la resonancia magnética QSM en 158 participantes sin deterioro cognitivo, seleccionados del estudio BIOCARD de Johns Hopkins, un proyecto de investigación centrado en las primeras etapas de la enfermedad de Alzheimer y trastornos relacionados. Se disponía de datos de PET de 110 de los participantes.
Los investigadores obtuvieron datos basales de resonancia magnética QSM de los participantes y les realizaron un seguimiento de hasta siete años y medio. Descubrieron que una mayor susceptibilidad magnética basal en la resonancia magnética en la corteza entorrinal y el putamen (dos regiones cerebrales importantes para la memoria y otras funciones cognitivas) se asociaba con un mayor riesgo de deterioro cognitivo leve, una etapa de transición que precede a la demencia relacionada con la enfermedad de Alzheimer.
"Mediante el uso de QSM, encontramos niveles más altos de hierro cerebral en ciertas regiones relacionadas con la memoria, las cuales se vinculan con un mayor riesgo de desarrollar deterioro cognitivo y un deterioro cognitivo más rápido", detalla el doctor Li. "Este riesgo es aún mayor cuando los participantes presentan niveles más altos de patologías amiloides".
Si bien la carga amiloide y la susceptibilidad tisular en la corteza entorrinal y el putamen se asociaron independientemente con la progresión al deterioro cognitivo leve, parecieron tener efectos sinérgicos, acelerando el deterioro cognitivo global con el tiempo. Si se confirman en estudios más amplios con poblaciones de pacientes más diversas, los hallazgos apuntan a un papel para la resonancia magnética QSM en la evaluación de pacientes con riesgo de demencia.
"Podemos utilizar este tipo herramienta para ayudar a identificar a los pacientes con mayor riesgo de desarrollar Alzheimer y, potencialmente, orientar las intervenciones tempranas a medida que se disponga de nuevos tratamientos", augura el doctor Li. "Además de servir como biomarcador, el hierro cerebral podría convertirse en una futura diana terapéutica".
En el futuro, los investigadores esperan comprender mejor cómo el hierro cerebral contribuye a la enfermedad de Alzheimer, incluyendo su interacción con otras patologías relacionadas con esta enfermedad, como las proteínas amiloide y tau. Desde el punto de vista terapéutico, los ensayos clínicos podrían evaluar terapias dirigidas al hierro. "Al mismo tiempo, esperamos que la tecnología QSM sea más estandarizada, más rápida y más accesible en la práctica clínica", finaliza Li.