MADRID, 29 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los cambios de domicilio en verano implican un mayor riesgo de accidentes domésticos en las personas mayores, dando lugar a caídas producidas por "alteraciones visuales, problemas neurológicos o musculares y enfermedades que provocan mareos como la tensión o anemia", ha explicado el especialista en Cirugía Ortopédica y Traumatología del Hospital Vithas Nuestra Señora de América, Agustín Garabito.
Asimismo, esto se debe a que hay mayores que tienen problemas de sueño asociados a insomnio o problemas de incontinencia urinaria que suponen que se tengan que levantar durante la noche desorientados, lo que puede provocar caídas y se agravan por el desconocimiento de los nuevos sitios donde se alojan las personas mayores durante la época estival.
FRACTURAS MÁS GRAVES
La lesión más grave tras una caída es la fractura de cadera ya que supone un punto de inflexión en la capacidad funcional y vital del paciente que la sufre. En la mayoría de los casos, "requieren un tratamiento quirúrgico para poder hacer una movilización precoz, evitando el 'encamamiento' del mayor que supondría un declive en su salud", ha subrayado el especialista.
Hay que tener en cuenta, además, que durante el primer año después de sufrir una fractura de cadera el porcentaje de mortalidad es de un 20 por ciento. Por ello, la operación debe efectuarse lo más pronto posible para que la rehabilitación comience de forma precoz y se eviten complicaciones añadidas.
Otra de las fracturas osteoporóticas más frecuentes es la lesión en muñecas cuyo tratamiento es mediante el uso de escayola evitando, en el 80 por ciento de los casos, el tratamiento quirúrgico. "También las fracturas del tercio proximal del húmero que, en la mayoría de los casos, si se tratan a tiempo pueden ser tratadas sin cirugía en los pacientes de edad avanzada", ha aportado el doctor Garabito.
¿CÓMO PREVENIRLAS?
La medida más importante para prevenir las fracturas óseas en edad avanzada es tener una buena masa ósea, mediante una dieta equilibrada, ejercicio físico regular, tomar el sol de forma adecuada para tener buen nivel de vitamina D y evitar factores de riesgo.
Evitar la polimedicación innecesaria, conseguir que no existan problemas de visión, mantener una rutina de ejercicios físicos para obtener buena masa muscular, evitar zonas oscuras en la casa y que haya un buen acceso a los interruptores de la luz.
El traumatólogo ha insistido en que "lo fundamental es hacer un programa de recuperación y rehabilitación para mejorar la funcionalidad". Respecto a la prevención secundaria, es importante tener un tratamiento farmacológico adecuado ante el riesgo de volver a sufrir una nueva lesión osteoporótica.