MADRID, 23 Ago. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en San Antonio (Estados Unidos) han identificado por primera vez la senescencia celular, un tipo de estrés celular conocido por estar involucrado en el cáncer y el envejecimiento, en la enfermedad de Alzheimer.
En un artículo en la revista 'Aging Cell', el equipo de científicos informa que descubrió que la senescencia celular está asociada con ovillos de proteína tau dañinos que son un sello distintivo de 20 enfermedades cerebrales humanas, que incluyen el Alzheimer y la lesión cerebral traumática. Los investigadores identificaron células senescentes en el tejido cerebral post mortem de pacientes con Alzheimer y luego las encontraron en tejidos, también post mortem, de otra enfermedad cerebral: la parálisis supranuclear progresiva.
La senescencia celular permite que la célula estresada sobreviva, pero la célula puede volverse como un 'zombie', funcionando anormalmente y secretando sustancias que matan las células que lo rodean. "Cuando las células ingresan a esta etapa, cambian su programación genética y se vuelven proinflamatorias y tóxicas. Su existencia significa la muerte del tejido circundante", explica la autora principal del estudio, Miranda E. Orr.
El equipo confirmó el descubrimiento en cuatro tipos de ratones que modelan la enfermedad de Alzheimer. Luego, usaron una combinación de medicamentos para eliminar células senescentes de los cerebros de ratones de Alzheimer de mediana edad. Los medicamentos son dasatinib, un medicamento de quimioterapia aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) para tratar la leucemia; y quercetina, un compuesto flavonoide natural que se encuentra en frutas, verduras y algunas bebidas, como el té.
Después de tres meses de tratamiento, los hallazgos fueron "sorprendentes". "Los ratones tenían 20 meses de edad y una enfermedad cerebral avanzada cuando comenzamos la terapia. Después de apartar las células senescentes, vimos mejoras en la estructura y función del cerebro. Esto se observó en resonancia magnética cerebral y estudios de histología post mortem de la estructura celular. El tratamiento parece haber detenido la enfermedad", detalla la doctora Orr.
"El hecho de que pudimos tratar ratones muy viejos y ver mejoras nos da la esperanza de que este tratamiento pueda funcionar en pacientes humanos incluso después de que presenten síntomas de una enfermedad cerebral. Por lo general, al probar una intervención en ratones con Alzheimer, la terapia solo funciona si son tratados antes de que comience la enfermedad", apunta otro de los autores, el doctor Nicolas Musi.
LA ACUMULACIÓN DE PROTEÍNA TAU ES LA RESPONSABLE
En la enfermedad de Alzheimer, el tejido cerebral del paciente acumula ovillos de proteína tau, así como otro depósito de proteína llamado placas beta-amiloide. El equipo descubrió que la acumulación de tau era responsable de la senescencia celular. Los investigadores compararon ratones con Alzheimer que tenían solo ovillos tau con ratones que solo tenían placas beta-amiloideas. La senescencia se identificó solo en los ratones con la proteína tau.
"Es importante destacar que la combinación de fármacos redujo no solo la senescencia celular, sino también los ovillos tau en los ratones con Alzheimer. Este es un tratamiento farmacológico que no se dirige específicamente a la tau, pero redujo efectivamente la patología del enredo", expone la doctora Orr.
En otros estudios para confirmar este hallazgo, reducir tau genéticamente también redujo la senescencia. Lo contrario también se cumplió: el aumento de tau genéticamente aumentó la senescencia.
"Cuando miramos sus cerebros tres meses después, descubrimos que los cerebros se habían deteriorado menos que los ratones que recibieron el tratamiento de control con placebo. No creemos que las células cerebrales realmente crecierAn, pero hubo menos pérdida de neuronas, menos agrandamiento del ventrículo cerebral, mejor flujo sanguíneo cerebral y una disminución de los ovillos tau. Esto confirma que los fármacos pudieron eliminar la patología", asegura la investigadora.
POTENCIALMENTE, UNA TERAPIA EN HUMANOS
Los responsables de la investigación avanzan que este es "el primero de lo que serán muchas estudios para comprender mejor este proceso". "Debido a que estos medicamentos están aprobados para otros usos en humanos, creemos que un próximo paso lógico sería comenzar estudios piloto en personas", señala el doctor Musi, aunque puntualiza que la dosis y la frecuencia en humanos "necesitarían determinarse en ensayos clínicos".
A continuación, los investigadores estudiarán si la senescencia celular está presente en la lesión cerebral traumática, que también desarrolla la acumulación de proteína tau y es una causa importante de discapacidad en entornos militares y no militares.