MADRID, 19 Feb. (EUROPA PRESS) -
El Grupo Español de Hematogeriatría (GEHEG), de la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH), ha reclamado cambios en el modelo asistencial de los pacientes mayores que sufren cáncer de sangre (también denominado hematológico) para incorporar aspectos como la evaluación de la fragilidad o el acceso a determinadas intervenciones de soporte con beneficio clínico demostrado, además de una mayor coordinación entre niveles asistenciales y sociales.
Así lo han reclamado durante su V Workshop de Hematogeriatría en el Hospital de la Santa Creu i Sant Pau, de Barcelona. El objetivo de este encuentro ha sido "concienciar a hematólogos, geriatras y personal de enfermería de que hay que introducir cambios en el modelo asistencial para cubrir las necesidades de los pacientes mayores con cáncer hematológico", ha explicado la presidenta del GEHEG, Concepción Boqué, hematóloga del Hospital Duran i Reynals-Instituto Catalán de Oncología (ICO).
Según datos de la Red de Registros Españoles de Cáncer (REDECAN), tanto la incidencia como la prevalencia del cáncer de la sangre (o hematológico) están aumentando en España, y muy especialmente entre las personas mayores. El estado nutricional y las capacidades funcionales son los dos factores de riesgo asociados al envejecimiento que mayor impacto tienen en los resultados del tratamiento de pacientes ancianos con cáncer de la sangre.
Las patologías hematooncológicas más prevalentes en mayores de 70 años son la leucemia mieloide aguda (LMA), los síndromes mielodisplásicos (SMD), el mieloma múltiple (MM) y la leucemia linfocítica crónica (LLC). La incidencia es mayor a partir de los 65 años. Además, en las consultas de Hematología y Hemoterapia, más del 40 por ciento de los pacientes son mayores de 70 años
A juicio de Boqué, al modelo asistencial en mayores "deben incorporarse aspectos tales como la evaluación de la fragilidad o el acceso a determinadas intervenciones de soporte con beneficio clínico demostrado, y tiene que haber una mayor coordinación entre niveles asistenciales y sociales".
Dadas las "dificultades logísticas", desde el GEHEG se ha propuesto el uso de una escala de valoración geriátrica abreviada (la escala GAH) y, en caso de disponer de recursos limitados, la realización de un cribado en pacientes mayores de 70 años candidatos a tratamiento hemato-oncológico.
Con esto "se busca ponderar el riesgo de toxicidad a dicho tratamiento y permite discernir entre quienes podrían recibirlo completo y quienes deberían recibirlo ajustado". El objetivo último es que "ningún paciente mayor quede excluido de la innovación terapéutica siempre y cuando se determine que puede serle beneficiosa". A este respecto, hay en marcha un registro nacional sobre la valoración geriátrica en pacientes con enfermedades hematológicas, en el que participan 19 centros.
Este modelo, según el GEHEG, también conlleva una "necesaria" reorientación de recursos para la atención oncohematogeriátrica. "Hay que optimizar la organización e incorporar nuevos roles de apoyo asistencial, como la enfermera gestora de casos", explica Boqué. Su papel incluiría la planificación de visitas y exploraciones, la supervisión del proceso terapéutico, la vigilancia domiciliaria, la adecuación de la información y el soporte psicológico del paciente y sus cuidadores.